Exjefes paramilitares, incluido Salvatore Mancuso, suspenden su rol como gestores de paz por incumplimientos del Gobierno

En un duro golpe al proceso de Paz Total, 16 exjefes paramilitares, entre ellos Salvatore Mancuso, anunciaron su renuncia como gestores de paz, acusando a la Oficina del Consejero Comisionado de Paz (OCCP) de incumplimientos reiterados y falta de voluntad política. La decisión fue comunicada mediante una carta dirigida al presidente Gustavo Petro, donde los firmantes denunciaron que su designación se redujo a un “gesto meramente simbólico” sin respaldo real.

“Hay un enemigo interno en La Paz Total”, afirmaron los excomandantes, quienes rompieron relaciones con la OCCP y exigieron un canal directo con el mandatario. El documento detalla una serie de fallas institucionales que, según ellos, hicieron imposible continuar su labor de manera “eficiente y digna”.

Incumplimientos en el cierre del proceso de Ralito

Uno de los puntos críticos fue el fracaso en la instalación de la mesa de cierre del proceso de Ralito, acordada inicialmente para el 20 de mayo y pospuesta hasta el 4 de junio. Los exjefes aseguran que, pese a los compromisos públicos de Petro, la OCCP cambió unilateralmente el enfoque y negó la posibilidad de concretar la mesa.

“Esta conducta, documentada y contrastable, demuestra que la parálisis del proceso no obedece a caprichos nuestros, sino a la falta de congruencia y abierta insubordinación de la OCCP”, señalaron. Además, criticaron la actitud de funcionarios como Otty Patiño y Álvaro Jiménez, quienes habrían incumplido promesas clave.

Falta de apoyo y reunión cancelada sin explicación

Los exintegrantes de las AUC denunciaron que, durante ocho meses, la OCCP no convocó mesas técnicas ni asignó recursos. A un mes del vencimiento de sus funciones, les solicitaron “planes de trabajo” incompatibles con los plazos establecidos, lo que atribuyeron a “improvisación y falta de compromiso”.

El episodio más revelador fue la cancelación abrupta de una reunión plenaria autorizada por el INPEC, que fue suspendida 48 horas antes sin justificación técnica, jurídica o de seguridad. “Estas acciones sugieren una intención de deslegitimar el proceso de Santa Fe de Ralito”, afirmaron, revelando que algunos funcionarios incluso les dijeron que “la negociación de Ralito nunca existió”.

Voluntad de paz, pero sin intermediarios

Pese a su salida, los exjefes reiteraron su compromiso con la reconciliación: “Nos apartamos del ruido estéril, pero jamás desistimos de trabajar por la paz de nuestro país”. No obstante, pidieron una reunión directa con Petro para explorar alternativas fuera de la OCCP, cuya gestión calificaron de “lesiva” y “poco transparente”.

Este anuncio evidencia las grietas en la implementación de la Paz Total y plantea serios interrogantes sobre la coordinación entre el Gobierno y los actores clave del proceso. La respuesta de la administración Petro será crucial para determinar si este rompimiento es temporal o marca el inicio de un nuevo capítulo de tensiones en la búsqueda de paz.Humberto ‘Toto’ Torres