El apagón masivo que afectó a España y otros países europeos como Alemania, Holanda, Finlandia, Portugal y Francia ha generado una crisis sin precedentes en el suministro eléctrico de la región. Cientos de miles de personas se han quedado sin servicio de luz, mientras las autoridades trabajan para determinar las causas del fallo y restablecer el servicio. Este incidente, que comenzó alrededor de las 12:30 p.m. hora local en España, ha tenido un impacto significativo en infraestructuras clave, redes de transporte y servicios esenciales.
En España, el apagón afectó a todas las regiones peninsulares, excepto Canarias, Ceuta, Melilla y Baleares, debido a sus sistemas eléctricos independientes. Según datos de Red Eléctrica de España (REE), la demanda de energía se desplomó de 25.184 megavatios a 12.425 megavatios en cuestión de segundos, lo que indica un “cero” en el sistema eléctrico peninsular. Aunque el suministro comenzó a recuperarse gradualmente en las zonas norte y sur del país, las consecuencias del apagón han sido devastadoras. El Metro de Madrid y el tráfico ferroviario nacional quedaron paralizados, mientras que los semáforos dejaron de funcionar, provocando caos vehicular y accidentes en las principales ciudades. Además, se reportaron casos de personas atrapadas en ascensores y fallos en las conexiones telefónicas.
Portugal también se vio gravemente afectado, con cortes de electricidad en varias regiones y el cierre de estaciones de metro en Lisboa. El Consejo de Ministros portugués se reunió de manera extraordinaria para evaluar la situación, mientras que Redes Energéticas Nacionais (REN), la compañía responsable del suministro eléctrico, confirmó que se activaron planes de emergencia para restablecer el servicio. El ministro António Leitão Amaro señaló que el origen del problema podría estar relacionado con España, aunque aún no se descarta la posibilidad de un ciberataque.
En Francia, el apagón fue menos extendido, afectando brevemente algunas zonas antes de que el servicio se restaurara. El gestor nacional de la red, RTE, ofreció apoyo técnico para enviar electricidad a la península ibérica, con una capacidad de hasta 950 megavatios. Sin embargo, el impacto en otros países como Alemania, Finlandia y Holanda sigue siendo objeto de evaluación, con reportes de interrupciones en servicios de telecomunicaciones y transporte.
El apagón también tuvo repercusiones económicas. Las bolsas europeas registraron caídas en las acciones de empresas energéticas y eléctricas, mientras que sectores como el transporte aéreo y ferroviario enfrentaron interrupciones significativas. En Madrid, el aeropuerto de Barajas estuvo inactivo durante media hora, aunque logró reanudar operaciones gracias a sistemas de suministro alternativo. En Lisboa, los tranvías y restaurantes enfrentaron pérdidas debido a la falta de refrigeración, mientras que los turistas quedaron atrapados en apartamentos con cerraduras electrónicas.
Las autoridades de España y Portugal han iniciado investigaciones para determinar las causas del apagón, que podría estar relacionado con fallos técnicos en la red eléctrica interconectada de Europa. El Instituto Nacional de Ciberseguridad en España también está analizando la posibilidad de un ciberataque, aunque no se ha confirmado esta hipótesis. Por su parte, Red Eléctrica de España y REN trabajan en colaboración con empresas del sector para restablecer el suministro y garantizar la estabilidad del sistema.
El suministro eléctrico en España, tras el apagón masivo que afectó a gran parte del territorio peninsular, se estima que podrá ser restablecido en un periodo de seis a diez horas. Según Red Eléctrica, el proceso de recuperación avanza con la energización gradual de la red de transporte, comenzando por el norte y el sur peninsular, lo que representa un paso crítico para normalizar el servicio en las zonas afectadas. Las autoridades continúan trabajando intensamente para garantizar que la electricidad vuelva lo antes posible y minimizar los efectos de esta interrupción.
Este apagón masivo pone en evidencia la fragilidad de las redes eléctricas interconectadas en Europa y la necesidad de fortalecer los protocolos de seguridad y respuesta ante emergencias. A medida que se establezcan las causas del incidente, los gobiernos europeos enfrentan el desafío de garantizar la continuidad del suministro eléctrico y minimizar el impacto en la vida cotidiana de millones de ciudadanos. La situación sigue en desarrollo, con actualizaciones esperadas en las próximas horas.
Juan Joya