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Este 2 de octubre, Lula da Silva bien podría ser el presidente de Brasil … una vez más.

 ASTROLABIO # 167 / VIE 19 AGOSTO 2022

De hecho, no se descarta que fuese la antesala de otro fenómeno político relativamente similar : la reelección de Donald Trump en 2024.

Lula tiene un puesto en la historia y ahora va a renovarlo.

De sindicalista combatiente, varias veces candidato fallido, pasó a ser el mejor usuario de las técnicas de mercadeo político y dominó toda una década de la política latinoamericana.

En la práctica, Gustavo Petro ha llegado al poder en Colombia siguiendo esa ruta.

Por otra parte, Lula es el referente mundial de una izquierda humanitaria y sensata que se contrapuso al burdo régimen chavista.

Si vuelve al poder, podrá terminar la tarea pendiente y perfeccionar su propio modelo.

En tal sentido, Petro tiene dos opciones : una, convertirse en socio del triángulo autocrático Managua - La Habana - Caracas.

Y otra : establecer una asociación estratégica de gran calado con el Brasil de Lula.

Que, entre las muchas cosas que Duque no entendió fue eso : la de haber creado un vínculo estratégico entre él y Bolsonaro.

Amedrentado porque lo catalogaran de “derechista”, se guareció en el Palacio de Nariño y no se atrevió a ver más allá del Grupo de Lima.

En cambio, Petro parece tener otra forma de enfocar el problema global : más ambicioso, abarcador y rentable.

Al asociarse con Lula, se convertirá en el líder natural de esa izquierda hemisférica que no puede ser liderada por el errático Boric, el inhibido Arce, o el disipado Fernández.

Y así, cuando deje la Presidencia, podrá ser un líder de talla global que inspire a gobiernos de diversas tendencias socialdemócratas.

Si el “reformismo pactado” de Petro se orienta a no perseguir, no agredir y no vengar, en vez de producir un nuevo ciclo de violencia en su país, podría ser un símbolo de convivencia productiva.

Pero tendrá que seleccionar muy bien no solo sus comportamientos, sino también sus amistades en el vecindario.

Por eso, la asociación estratégica Bogotá - Brasilia puede ser un sendero exitoso.  

Y lograrlo solo requiere un poco de sindéresis, ponderación y visión a largo plazo.

Algo que no ha caracterizado a los presidentes recientes en Colombia.  Ni en Brasil. 

vicentetorrijos.com