Hace un par de días se conoció la triste noticia de una mujer que estaba trabajando en el norte de Bogotá, cuando su agresor llegó al lugar, y frente a quienes estaban allí para celebrar el Día de las Madres, su victimario le disparó con un arma de fuego y luego se quitó la vida con un disparo en la cabeza.
Las relaciones sentimentales entre víctima y victimario son más “comunes” de lo que creemos, pues no suficiente con los tipos de opresión a los que puede estar sometida una mujer emocionalmente cautiva en los brazos de un hombre violento, está el intento nulo de protección por parte de su familia, ya que es la misma mujer quien decide aislar de su intimidad a quienes cercanamente podrían detectar las múltiples y complejas formas de violencia contra ella misma; pero ¿quién se atreve a decirle que no tiene el derecho?, si es que este le asiste, pues en efecto es su intimidad, aunque otros vean lo que ella no.
Ante este hecho continuo de violencia, se suma la manifestación más brutal que tenemos como sociedad: la falta de amor; sí, amor. El mismo con el que aquel feminicida en potencia conquista, hace las veces de “don Juan” para conseguir lo que quiere, o simplemente genera vínculos afectivos, porque ante la natural y muy consecuente respuesta de la mujer frente a semejante cortejo seductor de un hombre quien no muestra un ápice de agresividad, es imposible no corresponder al llamado que hacen la pasión y el deseo genuino de construir relaciones amorosas. Lo importante es que ya “se conocen” los antecedentes de respeto y especial cuidado por parte del sujeto, quien, entre galantería y verbo, ha sabido lograr su cometido.
Sin embargo, no está únicamente en aquel perfil de caballero el posible feminicida, pues si buscamos entre los distintos tipos de personalidad masculina, se amplían las posibilidades casi de manera interminable o impredecible. Para lo cual quisiera, y no con ánimo de estigmatizar la figura del varón, sí con un alto carácter de responsabilidad de género, recordar o citar la forma más evidente en la que esto puede convertirse en “crónica de una muerte anunciada”.
Una de las circunstancias más agravantes de la responsabilidad criminal que tiene el que perpetra un feminicidio, parte desde el instante mismo en el que una mujer, desde su infancia o adolescencia, es abandonada psicológicamente por quienes tienen su custodia legal o fungen como padres. Cómo no ha de aparecer, y visiblemente, aquella imagen varonil como una panacea frente a las crisis que pueda estar viviendo la familia: divorcio de padres, rechazo, insuficiente autoestima, conflictos de personalidad, trastornos, etc., entonces no importa si aquel hombre tiene una repentina alteración de la conciencia causada por los celos, la ira o el desengaño, pues antes vino a sacar de su ambiente incómodo familiar a dicha adolescente.
Esto valida todo acto deliberado, que al final, revela un propósito criminal que pone de manifiesto el alcance perverso de un delincuente que, desde un principio, sus acciones fueron “pequeños delitos” aprobados o ignorados por la familia de una joven mujer que desde muy temprana edad optó, no con la consistente madurez ni el acompañamiento responsable, iniciar relaciones sentimentales, que por más vulnerable se vea en sus derechos, ella ya traspasa los límites irreversibles de una relación dañina que en nada bueno ha de terminar. El apóstol Pablo insta de manera contundente a los hombres a hacer lo siguiente:
“ Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas” Colosenses 3: 19
Colmundo Radio registró esta lamentable noticia, pero más allá de esta información, está nuestro deber social, espiritual y responsable de colocar a disposición todos nuestros canales de atención en lo que respecta a los Centros de Teoterapia Integral en el mundo, especialmente cuando se trata de mujeres, pues nuestra directora mundial de la ICT y presidente del grupo empresarial Colmundo, la doctora Zaidy Mora, tiene en el canal oficial de Youtube Soy ICT su programa de Mujeres Empoderadas en las Manos de Dios. Así como también en este mes de mayo, en todas las ciudades de Colombia y en decenas de países, estamos realizando el evento Mujeres Agentes de paz, una Belleza que Trasciende. Pregunta cuál es el más cercano a tu región y participa, quizás pueda transformar tu vida, o por qué no decirlo… ¡Salvarla!
Felipe Pabón.