La visita se prevé como una vía diplomática definitiva en la que Europa pretende convencer a Estados Unidos para que suavice sus políticas hacia la UE. La Ley de Reducción de la Inflación, esta medida es la última en las tensiones por los subsidios en la exportación de vehículos eléctricos desde el viejo continente hasta los EE.UU., en el caso de una respuesta negativa, sería inevitable una guerra comercial transatlántica, esto coincidiría con el rol que han asumido los aliados en la guerra de Ucrania.
Desavenencias que ambos líderes intentarán desenredar
Hablar o pronosticar una guerra entre dos aliados de vieja data es casi un imposible, y es lo que intentan detener los mandatarios.
La Casa Blanca anuncia con grandilocuencia y con toda la sonoridad posible la visita oficial por tres días del presidente Emmanuel Macron. En ese sentido, el portavoz John Kirby destacó la visita como la llegada del líder dinámico del más antiguo aliado de Washington.
Sin embargo, en el trasfondo de la primera visita de Estado durante la presidencia de Joe Biden, se halla una serie de desavenencias que ambos líderes intentarán desenredar, marcadas especialmente por el plano comercial.
La chispa que haría detonar una nueva versión del conflicto entre Europa y Estados Unidos, es la Ley de Reducción de la Inflación, promulgada en agosto 16 por el mandatario Biden.
Desventaja para BMW de Alemania y Renault de Francia
La medida busca mitigar los efectos de la inflación que ha ocasionado la guerra rusa en Ucrania, en dicha ley está considerado un paquete de subsidios por alrededor de 370.000 millones de dólares para la construcción de paneles solares, turbinas eólicas y microprocesadores.
Asimismo, la ley incluye hasta 7.500 dólares en subsidios para los compradores de vehículos eléctricos de fabricación estadounidense, un golpe para ese rubro económico en el Viejo Continente, donde Francia y Alemania son los principales fabricantes de ese tipo de autos.
Desde Europa hay desconfianza y se dice que EEUU está sacando provecho del conflicto armado que atraviesa el viejo continente, quien es su aliado político, pero su rival en materia económica
Recientemente la UE se indicó que las extraordinarias contribuciones de la Administración Biden a sus industrias, favorece a compañías como Tesla, pero excluyen del mercado estadounidense y dejan en desventaja a los BMW de Alemania y los Renault de Francia.
Al parecer, la medida no está en línea con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y no está en línea con la amistad, dijo Macron a principios de noviembre, en una reunión con representantes de 50 sitios industriales de Francia.
Guerra comercial transatlántica
Desde el lado europeo se considera que la primera potencia debe mostrar mayor solidaridad con el Viejo Continente, que está llevando la peor carga económica por la guerra de Rusia y Ucrania y las sanciones impuestas a los hidrocarburos de Moscú que han afectado en el mercado en el mundo.
A esto se agrega que los precios de la energía de la UE ahora superan los de EE. UU., los europeos están indignados con las nuevas medidas comerciales de su socio que los ponen en desventaja.
Ante una posible negativa por parte de Washington, El riesgo apunta a que la UE considere una serie de contramedidas. Donde se destaca, la creación de una ley para comprar solo productos de Europa para resguardar las industrias de energía verde en sus países.
Si la Casa Blanca no acepta las exigencias, una guerra comercial transatlántica estaría servida, en medio de una política del golpe por golpe.
Humberto ‘Toto’ Torres