Las fuertes lluvias registradas desde la madrugada de este martes en Viotá, Cundinamarca, provocaron el desbordamiento de las quebradas La Pilama y San Juan, generando graves afectaciones en varios sectores del municipio, según reportó la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres.
La emergencia ha dejado a su paso inundaciones, deslizamientos de tierra y múltiples familias damnificadas. Ante la magnitud de los daños, el Gobierno Departamental activó de inmediato el sistema de respuesta en coordinación con las autoridades locales y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR).
“Ayer mismo, en articulación con la CAR, adelantamos gestiones para el alquiler y préstamo de maquinaria, previendo la temporada de lluvias. Hoy confirmamos nuestro compromiso con la atención inmediata y oportuna de esta situación”, informó la administración departamental a través de sus canales oficiales.
Cabe recordar que, en marzo pasado, el municipio ya había sido duramente golpeado por precipitaciones similares, dejando a 95 familias damnificadas. En ese entonces, el alcalde Óscar Quiroga advirtió sobre la necesidad de intervenciones técnicas urgentes para recuperar la infraestructura afectada, especialmente en la red vial y el sistema de alcantarillado.
Uno de los sectores más perjudicados en esta nueva emergencia es el barrio Gaitán, que históricamente ha sufrido las consecuencias del desbordamiento de la quebrada San Juana. El mandatario local también destacó las acciones de evacuación y protección de bienes materiales desplegadas durante las últimas horas.
Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para que permanezca atenta a los reportes oficiales y siga las recomendaciones de los organismos de emergencia, priorizando la protección de la vida y la prevención de nuevos riesgos.
Actualmente, equipos de la Unidad de Gestión del Riesgo se encuentran en terreno realizando evaluaciones de daños y brindando atención primaria a las personas afectadas. También se han activado los organismos de emergencia municipales y departamentales, así como el monitoreo constante de zonas vulnerables a nuevos deslizamientos o crecientes súbitas.
Paralelamente, se coordinan ayudas humanitarias, el envío de maquinaria para la remoción de escombros y la habilitación de vías afectadas, además del acompañamiento psicosocial a las familias damnificadas.
Paola Martínez Burgos