Luego de 12 días del fallecimiento de Luis Alfredo Garavito Cubillos, el violador y asesino de más de 200 niños en Colombia, Ecuador y Venezuela, su cuerpo parece tener un destino incierto. De momento, el cadáver se encuentra en el Instituto Nacional de Medicina Legal de Valledupar, dentro de una nevera intermedia.
Silvio Cuello, personero municipal, indicó que desde el primer momento del fallecimiento de ‘La Bestia’, dos familiares se acercaron para hacer el acompañamiento y se llevó a cabo el proceso para corroborar el parentesco necesario, para de esta manera, recibir el cuerpo. Sin embargo, tras días de espera y cansados de pagar alojamiento, los familiares optaron regresar a su lugar de destino.
Garavito, pagaba una condena desde el 12 de septiembre de 2002, en la cárcel de Alta y Mediana Seguridad, denominada como ‘La Tramacúa’ de Valledupar, donde había solicitado expresamente ser aislado de los demás presos por miedo a represalias.
Garavito fue capturado, el 22 de abril del año 1999, en una zona rural de Villavicencio, Meta, donde habría raptado a un menor del que pretendía abusar sexualmente y luego asesinar; Sin embargo, su crimen fue interrumpido por un habitante de calle, quien se percató de los gritos de auxilio del menor y se acercó y lo liberó del asesino serial.
En el 2001 fue sentenciado a 1853 años y 9 días de cárcel, la condena más alta que se haya registrado en Colombia, sin embargo, después fue validada a 40 años por su colaboración en la identificación de otros asesinos seriales y su buen comportamiento.
En últimas, la responsabilidad del cuerpo de Garavito le corresponde al alcalde de Valledupar, Mello Castro González, quien debe gestionar la cremación. Sin embargo, al parecer, existe desconfianza en la familia de Garavito en la demora del proceso, y circulan rumores de que su cerebro podría ser destinado a investigaciones científicas o incluso llegar a ser comercializado.
Con el fin de dar claridad en el proceso, los familiares otorgaron un poder a un funcionario de la Alcaldía municipal, para que reciba el cuerpo de Luis Alfredo Garavito Cubillos. Además, solicitaron que sea corroborada la identidad del cuerpo previo a su cremación, ya que una vez que sea incinerado, no sería posible determinar su identificación.
En un esfuerzo por avanzar en el proceso, el alcalde de Valledupar pagó $2.700.000 para la cremación del cuerpo, ya que el convenio del municipio con la Diócesis de Valledupar no tiene previsto este gasto.
Juan Camilo Joya