Once Caldas dio el golpe, aprovechó la localía y dejó a Millonarios de Radamel Falcao García sin torneo internacional.
Palogrande vibró con Michael Barrios. Once Caldas, a su manera, cumplió con su cometido: competir de igual a igual ante un rival que los superaba nominalmente. No sufrió el partido y, sin ser superior, sacó lo más importante: el resultado. Así como la ilusión y satisfacción de volver a una fase de grupos de un torneo internacional, el premio económico que será aproximadamente de un millón de dólares y, aún más importante, la congregación con la hinchada, que llenó el máximo escenario de los manizaleños. Emulando aquellas noches mágicas de Copa Libertadores a comienzos de siglo, celebró una clasificación que continúa revalidando el buen trabajo del profesor Hernán Darío Herrera, que le devolvió la ilusión a la hinchada alba.
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En términos generales, el partido fue muy cerrado. Dos equipos que, desde el minuto 1, entendieron que era una llave a un solo juego y, por tal motivo, jugaron con precaución. Exceso de precaución para el espectáculo, sin arriesgar o dar ventajas, a veces incluso limitados ofensivamente, para no desarticular lo que primó ayer en Palogrande: los trabajos y directrices defensivas. Once Caldas fue inteligente, como lo dijo el ‘Arriero’. Estudiaron al rival, porque expusieron su mayor debilidad ofensiva: la propuesta partiendo de la posesión. Como ha sido costumbre últimamente, le cuesta infinitamente a Millonarios con el balón y pocos espacios, al punto que jugadores que antes lideraban asociaciones efectivas, tienen partidos grises, como el caso de Daniel Cataño, mientras que los puntas (Leonardo, Giordana y Falcao) no les llega una pelota limpia al área.
Lo más destacado de Millonarios ofensivamente pasó por los pies de Jhon Emerson Córdoba. El extremo, con su velocidad y capacidad individual, fue el que más intentó. Fuerte en los duelos, pero limitado por la pasividad de sus compañeros, desbordó un par de veces y le puso una pelota clara de gol, quizás la única del partido para el Embajador, a Leonardo Castro, que llegó exigido y no supo definir.
En lo demás, Millonarios, con una posesión del 62%, fue pasivo en ataque. No se le ocurría una idea al Embajador, que también se vio superado por el buen trabajo defensivo de Once Caldas. Equipo que, aunque fuera local, comprendió que no podía salir folclóricamente a buscar el resultado, porque Millonarios, con espacios, es un equipo peligroso y con gol. Por tal motivo, Once Caldas, más que nada en el primer tiempo, se vio sumiso en ataque, muy cauteloso, intentando no alterar el orden y dar ventajas. En el segundo tiempo, empezó a salir un poco más, aunque guardando precauciones, y con un compromiso de sus interiores y extremos, que sin pelota hicieron recorridos largos, pero efectivos para mantener la burbuja defensiva. La disposición siempre fue clara: hacerse fuertes atrás, darle prioridad al trabajo defensivo e intentar, en una transición o error del rival, encontrar la ventaja que desequilibrara la serie.
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La jugada clave llegaría al minuto 80. Una acción sin mayor generación o posesión, pero sí con mucha experticia. En inferioridad numérica, tres jugadores del Once la armaron y definieron, mientras la saga defensiva de Millonarios y los interiores fueron espectadores. Alejandro García, sin mayor oposición, hizo un cambio de orientación, que más que eso fue un pase, con la fortuna que sobró a Arias y que el juvenil Sander Navarro se desconcentró y no llegó a cerrar el bloque. Algo que sí hizo Michael Barrios, que seguramente por experiencia y algo de fe, llegó al segundo palo y, sin marca, la empujó en las barbas de Álvaro Montero.
Una jugada que bastó para marcar la diferencia. De ahí en adelante, el compromiso fue solo empuje de Millonarios, que, al igual que todo el partido, no supo cómo vulnerar a Once Caldas, ya condicionado también por la presión y frustración.
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“Hoy tenemos que valorar mucho la hinchada del Once Caldas, disfruto de un gran partido, de un equipo que se entregó. Hoy el equipo demostró categoría y cosas muy buenas. A mis jugadores, muchas gracias porque ganarle a Millonarios era difícil. Estoy feliz acá en Manizales y me quiero quedar hasta que me aguanten”, declaró Hernán Darío Herrera, tras la victoria y clasificación a la fase de grupos de la Copa Sudamericana.
El Once Caldas conocerá sus rivales de zona el próximo 17 de marzo, cuando se lleve a cabo el sorteo de la fase de grupos del torneo.
Alexander Cortes