¿Qué visión de país prevalecerá: el liberalismo de Noboa o el estatismo de González?
Ecuador se encuentra en un momento decisivo de su historia política y social. Este domingo, millones de ciudadanos acudirán a las urnas para elegir entre dos propuestas de país que buscan abordar las múltiples crisis que afectan a la nación. La segunda vuelta presidencial enfrenta al actual mandatario, Daniel Noboa, y a la candidata correísta, Luisa González, en una contienda marcada por la polarización y la incertidumbre.
La seguridad ha dominado el discurso político. Mientras que Noboa ha centrado su campaña en medidas de “mano dura” contra el crimen organizado, incluyendo la militarización y el aumento del IVA para financiar la lucha contra la delincuencia. González ha prometido un enfoque más social, con énfasis en la inversión pública y el fortalecimiento de programas comunitarios. Sin embargo, ambos candidatos enfrentan el desafío de convencer a un electorado que exige resultados inmediatos en un contexto de violencia sin precedentes.
La economía, otro eje central muestra señales preocupantes. En 2024, el PIB cayó un -0,7%, acompañado de un aumento en pobreza y pobreza extrema. Además, la inversión extranjera directa alcanzó su nivel más bajo en una década, mientras que el riesgo país subió drásticamente tras la primera vuelta electoral. El panorama muestra la fragilidad económica que el próximo Gobierno deberá enfrentar con urgencia.
En el ámbito político, la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo será determinante. Ninguno de los dos principales bloques políticos cuenta con una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, lo que augura un escenario de negociaciones complejas y posibles bloqueos legislativos. Además, la frágil institucionalidad del país, evidenciada por la falta de renovación en entidades clave como el Consejo Nacional Electoral, añade aun mas incertidumbre.
La política exterior también está en juego. Noboa ha buscado fortalecer relaciones con Estados Unidos y otros líderes globales, mientras que González propone un enfoque más regionalista, con alianzas estratégicas en América Latina. Estas diferencias muestran las visiones contrastantes de los candidatos sobre el papel de Ecuador en el escenario internacional.
Más allá de la seguridad y la economía, el próximo Gobierno enfrentará desafíos en áreas críticas como la salud y la educación. La escasez de insumos médicos, los ataques armados en hospitales y la deserción escolar son problemas que requieren soluciones inmediatas. Además, la creciente influencia de bandas criminales en comunidades vulnerables plantea un reto adicional para las políticas públicas.
El resultado de estas elecciones no solo definirá el rumbo interno de Ecuador, sino también su capacidad para superar una crisis multidimensional que afecta a todos los aspectos de la vida nacional. La decisión de los votantes este domingo será un reflejo de sus prioridades y esperanzas para el futuro, en un país que anhela estabilidad y progreso en medio de la adversidad.
Juan Joya