Un derrame de crudo se registró en zona rural de Barrancabermeja, Santander, a raíz de un daño intencional ocasionado a una tubería de transporte de hidrocarburos en el campo La Cira-Infantas. Esta afectación se produjo en el kilómetro 2+370 de la línea que conecta la Estación 2 con la Planta Deshidratadora de Crudo, en la vereda La Cira, corregimiento El Centro. El corte sobre la tubería, realizado con segueta, ocasionó la fuga del hidrocarburo, que se extendió sobre el suelo circundante y alcanzó aproximadamente 200 metros del caño La Cira, un cuerpo de agua fundamental para los ecosistemas y las comunidades de la región.
Ante esta emergencia, se activó de inmediato el plan de contingencia para contener el derrame y mitigar sus efectos negativos. Como parte de las acciones implementadas, se establecieron tres puntos de control con barreras de contención para frenar la expansión del crudo, se suspendió el bombeo en la línea afectada y se movilizaron brigadas especializadas en limpieza y recuperación ambiental. En el sitio permanecen cuadrillas de emergencia, mantenimiento y personal técnico con equipos especializados, realizando labores de descontaminación, recuperación de suelo y análisis del impacto ecológico en la zona.
Sin embargo, las condiciones meteorológicas actuales han sido identificadas como un factor de riesgo adicional en el proceso de mitigación. Las lluvias recientes podrían facilitar la propagación del crudo, extendiendo el daño hacia otras áreas y complicando los trabajos de recuperación. La interacción entre el petróleo derramado y el agua de lluvia podría ocasionar una mayor filtración de hidrocarburos en el suelo, lo que incrementaría los efectos adversos en la biodiversidad local. Esta situación exige un monitoreo constante de la evolución del incidente y ajustes en las estrategias de remediación para minimizar los impactos a largo plazo.
El incidente inmediatamente fue reportado a las autoridades competentes para su correspondiente investigación, con el propósito de determinar las circunstancias en las que ocurrió y tomar medidas preventivas que ayuden a evitar eventos similares en el futuro. La manipulación ilegal de la infraestructura petrolera es una problemática que sigue sucediendo en varias regiones del país, con consecuencias directas sobre los ecosistemas y la seguridad de las comunidades cercanas. Además del daño ambiental, este tipo de actos ilícitos representa un riesgo para la población, debido a la exposición a sustancias contaminantes y la posible afectación de fuentes de agua utilizadas para el abastecimiento local.
En el área afectada continúan las labores de recuperación con estrategias orientadas a minimizar los efectos del derrame y restaurar el entorno natural. Entre las acciones implementadas se incluyen la recolección del crudo derramado, el tratamiento del agua contaminada, la remoción de suelos impactados y la vigilancia ambiental para evaluar la evolución del ecosistema tras el incidente. La protección de los recursos naturales y la prevención de futuros eventos de contaminación continúan siendo un reto tanto para la gestión ambiental como energética del país.
Juan Joya