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Dinamarca es uno de los países industrializados y con mejores indicadores de desarrollo humano en todo el mundo.

 ASTROLABIO # 183 / VIE 16 DICIEMBRE 2022

 

De desarrollo humano, tal vez ; porque de desarrollo animal, nada.

De hecho, en Copenhague cuentan con un zoológico espléndido, de aquellos con buen número de animales en cautiverio.

O mejor dicho, en presidio ; o secuestro, porque no están retenidos, ni en tránsito, y para ellos no hay ‘habeas corpus’ que valga.

Entre el montón de recluidos sobresalía un nutrido grupo de chimpancés.

Como se sabe, el chimpancé es un mono antropomorfo, algo más bajo que el humano, de brazos largos, barba y cejas prominentes, nariz aplastada y pelo color pardo negruzco. 

Y del dichoso zoo de Copenhague lograron escapar el otro día cinco de ellos.

Lograron, digo, porque si no, no lo habrían planeado, metódicamente, hasta conseguirlo.

Y enfatizo lo del método porque ellos son -como los hechos lo demuestran-, más perspicaces que muchos de quienes los vigilan y, sobre todo, de quienes se solazan al visitarlos, convalidando su condena.

Al ver que habían sido burlados por la astucia de sus sometidos, los esclavistas no tuvieron el menor reato en dispararles y matarles solo porque, según sus cuentas alegres, no disponían de suficientes balas tranquilizantes.

Mataron a tres, hirieron a otro, pero, ¡ oh, sorpresa !, el quinto regresó voluntaria y autónomamente a su mazmorra.

En vez de darles el placer de que lo fulminaran, «el 5° chimpancé» sorteó el peligro, evadió a sus verdugos y retornó al calabozo antes de ellos tuvieran un pretexto para convertirlo en otro occiso más.

De tal manera, «el 5º» se convierte ahora en un símbolo de la lucha por la libertad, de la lucha contra el salvajismo zoológico y el crimen organizado contra los enrejados, o sin rejas.

Por supuesto, los guardianes ( de todas las épocas ) adujeron que su única intención era evitar que algún individuo resultara herido.

¿ Pero es que acaso podían pensar que los simios buscaban algo más que su libertad perdida ?

¿ De dónde acá podrían colegir que los prófugos querían desatar una agresión descontrolada ( de la que solo ellos, los presidiarios, dieron muestras execrables ) ?

Está claro que a las flamantes autoridades danesas les resultó todo un misterio saber cómo se las ingeniaron los cautivos para escapar del zulo.

Pero mucho más difícil la tendrán los cazadores para evitar la acusación ( ¿ desde el extranjero ? ) de haber violado la sofisticada pero tambaleante Ley de Bienestar Animal.

Ley cuyo sarcástico título nunca será suficiente para entender por qué, a pesar de todas las evidencias a favor del mundo animal, a los chimpancés se les sigue catalogando … ¡ como el animal más parecido a los humanos!

 

vicentetorrijos.com