En medio de una creciente ola de violencia, Cartagena se enfrenta a una pregunta difícil: ¿es posible dialogar con las bandas criminales? La criminalidad ha aumentado drásticamente en los últimos años. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, mientras en 2019 hubo 197 homicidios, en 2023 la cifra llegó a 425, un aumento del 115%.
El alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, ha implementado el Plan Titán 24 para reducir estos índices de criminalidad. Sin embargo, la violencia no ha disminuido y este año ya se han superado los 100 homicidios. Ante esta situación, Turbay pidió al Gobierno nacional que incluya a Cartagena en la política de la Paz Total.
“El presidente Gustavo Petro no puede renunciar a su política de la Paz Total que busca que las bandas criminales se sometan a la justicia, incluidas las de Cartagena. Estamos dispuestos a ayudar en esta política nacional”, dijo Turbay el 23 de abril en sus redes sociales.
Además, Turbay sugirió la posibilidad de dialogar con estos grupos armados. “Sería beneficioso que, con el Alto Comisionado para la Paz, pudiéramos contactar a los líderes de las bandas criminales que ordenan asesinatos en Cartagena. Esta guerra, heredada por el control del narcotráfico, está cobrando muchas vidas”, añadió.
La propuesta generó diversas reacciones entre los ciudadanos. Algunos la apoyan, mientras otros se oponen a dialogar con las bandas criminales.
Jerry Pardo, analista y docente universitario con más de 15 años de experiencia en el Centro de Observación y Seguimiento del Delito (Cosed), señaló que dialogar con bandas criminales es complicado y debe evaluarse desde una perspectiva legal. “El diálogo con bandas criminales debe alinearse con las leyes y principios constitucionales. Es esencial que la Constitución y el Código Penal no promuevan la impunidad. Cualquier proceso de diálogo debe respetar los derechos de las víctimas y buscar justicia”, afirmó Pardo.
Pardo subraya que un proceso así necesita todas las garantías legales. “Hay experiencias en Medellín, Buenaventura y Cali donde se intentaron estrategias de diálogo con bandas. A pesar de la buena voluntad, la falta de un marco legal adecuado redujo la efectividad de estos procesos”, explicó. Sin embargo, reconoció que, con las garantías adecuadas, los beneficios del diálogo podrían ser muy positivos. “Estos programas podrían incluir la reinserción social y económica de los miembros de las bandas, ofreciéndoles alternativas legítimas para ganarse la vida y reduciendo la delincuencia, lo que fortalecería el tejido social”, añadió.
El Plan Titán 24 sigue adelante con operativos de seguridad, reportando la captura de 2.384 personas por diversos delitos, incluidos 833 por tráfico de drogas y 62 por homicidio. Según Pardo, los diálogos podrían complementar estas estrategias, proporcionando información valiosa sobre las operaciones criminales y mejorando la eficiencia de las operaciones de seguridad.
Aunque ha pasado más de un mes desde que el alcalde lanzó la propuesta, aún no se ha visto una respuesta del Gobierno nacional. Pardo sugiere complementar estas acciones con estrategias que aborden las causas de la violencia, como la pobreza y la desigualdad, destacadas en informes del Cosed.
En conclusión, el diálogo con bandas criminales en Cartagena es un tema complejo que necesita un enfoque integral y garantías legales para ser viable y efectivo. La ciudad sigue buscando soluciones para frenar la violencia y restaurar la paz.
Saray Vargas López