En los micrófonos del Informativo Digital de Colmundo, conversamos con Aldemar Garay, gerente de Enlaza del Grupo Energía Bogotá, sobre el reciente descubrimiento de una estera que tiene como antigüedad alrededor de 700 años.
El hallazgo tuvo lugar en el departamento de Cundinamarca, como parte del proyecto de transmisión de energía eléctrica Chivor II – Norte y Sogamoso, lo que lo cataloga como un hito en la historia de la arqueología preventiva del país.
¿De qué trata el reciente descubrimiento?
“Efectivamente en desarrollo de uno de los proyectos que tenemos a cargo para la región centro-oriente del país como es el proyecto Chivor II Norte 230 que está aquí en la región de Boyacá y Cundinamarca, hemos tenido un hallazgo asombroso, un hallazgo único en el municipio de Zipaquirá. Hablo de único porque es un hallazgo que en Colombia no se ha tenido y es una estera. Esta estera es un material tejido, creemos posiblemente que es junco y que lo hace tan especial. Este tipo de tejidos no son de fácil hallazgo y sobre todo de fácil preservación en nuestro país.
Nuestro país tiene unos suelos muy ácidos que hacen que este tipo de tejido generalmente desaparezcan con el tiempo, pero se dieron las condiciones y estuvo en un ambiente que lo protegió y que a hoy podemos dar cuenta y hemos venido entendiendo un poco toda la información que trae y hemos podido establecer que es una estera que tiene ya alrededor de unos 700 años”.
Garay indicó que a la estera se le hizo las pruebas de carbono 14 y precisamente ese estudio revela que ese es el tiempo de permanencia de la estera. Ahora, se encuentran trabajando con las autoridades con el fin de encontrar toda la información que sea posible para poder preservar el material y que además les permita conocer los datos históricos de los pueblos y ancestros.
Escucha la entrevista completa en el siguiente enlace dese el minuto 21:49:
¿Quiénes han estado a cargo del proyecto?
“Nosotros como Enlace somos quienes hemos estado a cargo al frente del proceso. Nosotros tenemos todo un programa de arqueología preventiva en el desarrollo de nuestros proyectos. Allí con las firmas que hacen toda la operación para nosotros, en este caso Ingetec (Ingenieros Consultores), y con su equipo de arqueología, el equipo de arqueología nuestro, también hemos tenido el apoyo de restauradores con muchísima experiencia en el tema. Esta es una experiencia muy específica porque este tipo de fibras no son algo común en los hallazgos. Nosotros tenemos generalmente hallazgos de más el tipo lítico y otros que no los tejidos”.
¿Cómo ha sido ese proceso para preservar y cuidar la estera y cómo fue el proceso de extracción?
“Ya una vez identificada, nosotros hacemos en todo el programa de arqueología preventiva unas prospecciones. El equipo de arqueólogos hace esta actividad y definen esos sitios que tienen una riqueza arqueológica importante. En este caso, el sitio de torre donde nosotros íbamos a construir la torre de transmisión dio estas características y se empezó todo el proceso de prospección y se definió que allí debíamos hacer un rescate porque había una riqueza arqueológica que nos llevaba a ello.
Allí se empieza a trabajar con todo el equipo de arqueología a buscar paso a paso esos elementos que podrían constituir ese rescate arqueológico. Y allí, ya a una profundidad alrededor de unos 1.80 metros, en un área de 82 metros cuadrados, esto puede ser comparable como un apartamento promedio en Bogotá. En esa área van haciendo los cortes con unas profundidades limitadas y ya a los 1.80 metros encuentran la estera”.
De acuerdo con el especialista, la estera tiene unas medidas de alrededor de 1.36 metros de largo por 44 centímetros de ancho con una altura de unos 8 centímetros. Una vez definen que se trata de dicho material, inmediatamente se protege y se extrae con la misma parte del suelo en la cual estaba cubierta, para posteriormente llevarla a un sitio donde se imitan las condiciones en las que ella se encontraba, como la humedad, medición entre otros aspectos “que permitan que no existan microorganismos que la puedan afectar y que puedan llevar a que se deteriore”.
¿Se ha podido establecer qué tipo de textil y qué tipo de componentes tiene esta estera?
“No, hacia allá vamos… Es un punto a establecer cuál es el material que la compone, porque para que se haya preservado se estima que tiene que ser alguna planta que tenga cierto comportamiento y que haya podido existir durante todo este tiempo en esas condiciones. Entonces, todavía no damos certeza de que realmente sea de un junco o similar, pero ese es uno de los puntos que queremos establecer y que además queremos ir a corroborar con las comunidades y con estos tejidos que aún se hacen en algunos sitios y algunos municipios de nuestra región y saber cómo contrastarlo, cómo ha sido esa evolución”.
¿Se prevé que haya algún otro tipo de elementos en este sector donde se encontró la estera?
“Claro, generalmente estos hallazgos no están solos estos elementos. Digamos que la estera es como el elemento que nos hace en este momento identificarlo como el más especial y el único, por las condiciones. Y te decía un poco porque este tipo de tejido no se encuentra, pero alrededor de la estera se han encontrado muchísimos otros elementos cerámicos, una cantidad importante. Tenemos también una vasija. Y bueno, se está estudiando el sitio también para establecer qué otros elementos allí dan una mayor información de lo que significaba el sitio específico donde encontramos la estera. Todos estos elementos hacen parte del rescate y están en este momento en proceso de análisis y de laboratorio para definir cuál era el contexto que rodeaba la situación en la que la estera quedó allí depositada”.
Para finalizar, Aldemar Garay aclaró si en un futuro, la estera podrá ser exhibida en algún museo, asegurando que por el momento no, primero se debe terminar de hacer las respectivas indagaciones y obtener la información sobre el material, para poder luego hablar con algunos museos y entidades que quieran colaborar para que el mismo pueda ser conservado y divulgado a todos los colombianos.
Dayineth Isabel Molina Velásquez