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Denuncia: jóvenes bailarines afrocolombianos sufrieron presunto racismo y abuso policial en Bogotá

En el informativo Digital Colmundo, recibimos la denuncia de Jhoan y Jhonatan Castillo Obando, dos hermanos bailarines profesionales de ascendencia afrocolombiana, quienes hacen un llamado a las autoridades tras sufrir un caso de violencia y racismo por parte de uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá.

El hecho ocurrió en la noche del jueves 6 de marzo, cuando los jóvenes, de padres oriundos de Tumaco, Nariño, y conocidos en el gremio de bailarines y de la música como los ‘Twins brothers’, se movilizaban en la ciclovía con bicicletas que se alquilan por medio de una aplicación, exactamente en la calle 51 con 7ma, localidad de Chapinero, mientras llegaban a uno de los lugares donde dictan clases de baile.

“Nosotros trabajamos enseñando baile. Íbamos por la ciclovía y estaba lloviendo. Si se dan cuenta, ayer llovió todo el día. Los dos patrulleros iban en una moto y de repente aceleraron detrás de nosotros, como si estuviéramos robando. Pero nosotros íbamos bajo la lluvia, con capotas, montando las bicicletas. No había gente, ninguna persona en el camino. De repente, el uniformado se baja de la motocicleta de una forma muy agresiva y grita: “¡Requisa, requisa!”. Nosotros le dijimos: “Sí, señor, espere”. Yo, en ese momento, le dije: “Déjeme orillarme”, porque estaba cruzando la calle para dejar las bicicletas en el estacionamiento (porque el alquiler cobra por el tiempo que se usan)”, relató Jonathan.

Seguidamente, indicó que el uniformado comenzó a decirles comentarios despectivos. “No es por victimizarme, pero quiero dejar en claro que nosotros, las personas negras, no nos victimizamos porque nos digan “negros”, “niches” o “moros”. No es el término, sino la forma en que lo dicen. En este caso, él nos dijo: ‘¡No, negro!’ con un tono agresivo”, añadió.

El joven artista continuó explicando que pese a que les indicaban a los agentes policiales que no era la forma de tratarlos, ellos continuaron con los insultos racistas: “Ustedes siempre se victimizan porque son negros”, dijo uno de ellos. Acto seguido, agarraron del buzo a su hermano con mucha fuerza y le apuntó con un arma de fuego, mientras que a él le pusieron un taser en la espalda. Fue allí cuando entre la indignación y todas las emociones del momento, Jonathan se alteró. “Somos de una crianza muy buena, de una familia cristiana, no tenemos nada ilegal. Pero cuando vi que a mi hermano lo tenían apuntado y a mí me tenían con un taser en la espalda, me alteré”.

Un primo de las víctimas estaba cerca y logró llegar porque ya estaban justo frente al lugar donde darían sus clases de baile, justo desde ese momento, la situación empeoró, porque los dos policías llamaron a otros más, alrededor de unos 30, con el fin de requisarlos, donde además en los videos registrados se puede observar.

“Cuando uno está en peligro, y lo digo porque me ha pasado muchas veces (también he sido víctima de hurtos en Bogotá), uno se acerca a un policía y lo único que dicen es: “Ay, ya delo por perdido”. Entonces, ¿por qué en este caso llegaron 30 policías para requisarnos?”, cuestionó el joven.

Y agregó: “A medida que llegaban más policías, más insultos recibíamos: “¡Cállese, negro! ¡Cállese, negro!”. Esas palabras nos duelen tanto. La gente grababa, gritaba: “¡Abusivos, suéltenlos!”. Pero parecía que eso los motivaba aún más. Algunos policías incluso tapaban a los que grababan y, mientras tanto, tiraron a mi primo al piso. A mi hermano y a mí nos hicieron descargas con el taser. Duele horrible. Nunca pensé sentir ese dolor. Nos esposaron. Somos figuras públicas y, para nosotros, fue terrible que nuestros alumnos nos vieran así, como si fuéramos delincuentes. Nos subieron a una patrulla sin haber hecho nada”.

Una vez los trasladaron al CAI, recibieron amenazas, un policía les dijo: “Los voy a judicializar porque ustedes me agredieron”. Algo que negaron, puesto que a pesar de la violencia que estaban recibiendo, aseguran que nunca tocaron a la autoridad, porque es algo que tienen muy claro desde hace años cuando fueron vendedores ambulantes y también sufrieron maltratos.

Ahora, cuando ellos mostraron sus redes sociales, donde tienen miles de seguidores por su arte como bailarines, los maltratos disminuyeron; incluso, una patrullera los reconoció porque también es seguidora de ellos pero no hizo nada, más bien también los agredió. “Cuando la vi, le dije: “Qué feo que nos conozcas y aun así permitas esto”. ¿Sabe qué hizo? Me pegó otra descarga con el taser. Estuvimos ahí, nos metieron en la parte trasera. No nos agredieron físicamente, pero sí con amenazas: “Los voy a meter presos”, “los voy a judicializar”, “denme los papeles”, hablándonos feo”, sostuvieron.

Una de las víctimas aseguró que le dio un ataque de pánico y lloraba por la situación, y mencionó que cuando era pequeño y vendía dulces en la calle, su mayor miedo era que lo llevaran a un calabozo porque sabían que a quienes arrestan sufren abusos en esos lugares. “Finalmente, llegaron amigos y seguidores, bailarines que se dieron cuenta de que estábamos adentro. No dejaron que nos siguieran maltratando. “Pero nos trataron como si fuéramos delincuentes. Lo peor es que los policías dijeron que un ciudadano afirmó que ‘dos negros estaban robando un restaurante’. Luego cambiaron la versión y dijeron que ‘alguien en patineta los alertó’”.

Asimismo, expresaron su molestia e indignación porque todo sucedió cuando iban solos en la calle, no había nadie y aun así fueron señalados de supuestamente haber hurtado a alguien. Por todo lo anterior, hicieron énfasis en que la denuncia va más allá de lo que ellos pasaron, porque quieren alzar la voz por sus paisanos que sufren lo mismo todos los días. “Nosotros somos bailarines, pero hay personas que no tienen la oportunidad que ustedes nos están dando para contar esto. Queremos denunciarlo y que haya medidas correctivas”.

Para finalizar, indicaron que buscarán todas las formas para asesorarse y que esta situación no quede impune, ya que es necesario que los uniformados involucrados respondan por tal agresión sin motivo alguno. “No solo por mí y mi hermano, sino por todos los afrocolombianos que sufrimos de esto”, puntualizaron.

Dayineth Isabel Molina Velásquez