El hombre fue creado por Dios, en uno de sus aspectos, para que gobernara la tierra, la administrara y la cuidara, el propósito de Dios era que el ser humano fuera feliz y para ello le preparó un hermoso hábitat, un lugar donde estuviera pleno y no le faltara nada.
La tierra llegó estar en tinieblas, desordenada y vacía, disipó las tinieblas, restauró, ordenó, separó las aguas y de la tierra firme. Luego hizo que la tierra produjera hierba, plantas y árboles; posteriormente formó el sol, la luna y las estrellas y a continuación, creó los animales. Por último, hizo al hombre y a la mujer, los bendijo y les dijo fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, colocándolos en huerto de Edén, que significa, lugar de deleite. Así Dios hizo a la humanidad, para que se deleitara de todo lo creado.
Un solo mandamiento le dio Dios al hombre, de todos los árboles que hay en el huerto podéis comer, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal, no comeréis, porque el día que de él comiereis, moriréis. El hombre no obedeció, perdiendo su comunión con Dios y de paso el Edén, su lugar de deleite.
Fue así, desde ese momento, que el ser humano pasó del deleite, al sufrimiento, su alma, comenzó a manifestar trastornos emocionales y muchas otras consecuencias, que hoy, mucho más, se ven reflejadas en su diario vivir.
El hombre en el jardín del Edén se desconectó de su hacedor, dejó de ser teocéntrico y se convirtió en un ser egocéntrico, queriendo manejar su vida de acuerdo a su propio criterio, tratando de mal suplir las necesidades a través del alma y no desde el espíritu con la provisión de Dios, trayendo como consecuencia diversos trastornos emocionales, entre otros:
Autoestima: Es la valoración o percepción que cada ser humano tiene de sí mismo, como se aprecia, valora, respeta, acepta esto incluye autoconcepto, confianza y bienestar emocional. Suele ser distorsionada en comparación con la verdad.
Inseguridad: Es la falta de confianza en uno mismo, viene acompañada de malestar y tención, se puede presentar en el ámbito social, laboral y principalmente en la toma de decisiones. Incluye una autopercepción negativa.
Inadecuación: Es la percepción que los seres humanos tienen de sí mismos en correlación con ciertos lugares, grupos o estatus social en la necesidad de encajar.
Inferioridad: Es sentirse por debajo de las personas, las circunstancias, las situaciones o incluso los objetos.
El ser humano tiene libertad de elegir el camino a seguir, continuar manejando su vida de acuerdo a su propio criterio o volver al diseñador y autor de su ser.
Se trata es de volver en amistad con Dios, Él está con los brazos abierto esperando nuestro regreso, por eso en su Palabra dice: “Vuelve ahora en amistad con Él y tendrás paz; y por ello te vendrá bien” (Job 22:21). Déjate caer en los brazos amorosos de Dios y disfrutaras de una verdadera vida abundante con sentido y felicidad.
Recomiendo el libro: “el Renuevo” del Dr. Jimmy Chamorro, publicado por la editorial Publimundo en 2017. Es un material muy enriquecedor que nos permite adentrarnos en la buena intención de Dios con nosotros.
Jorge Alfonso
Misionero