La Selección Colombia debutó con un resultado positivo en el Sudamericano Sub-20, dejando muestras de personalidad, juego ofensivo, agresividad y orden. Además, sumó un punto importante ante una de las selecciones favoritas del torneo.
Los dirigidos por César Torres iniciaron con pie derecho el camino al Mundial Sub-20, a disputarse en Chile en el mes de septiembre. Luego de no ver acción en la primera jornada, debido a que le fue otorgada la jornada de descanso, el joven equipo colombiano debutaba ante Argentina, un equipo que intimidaba por su juventud, jerarquía y efectividad. Además, en su debut goleó a Brasil 6-0, en lo que significó la goleada más abultada para la Albiceleste en la historia del clásico de las Américas.
Teniendo como premisa las características del equipo argentino, que en once minutos ya se imponía 0-3 a la Canarinha, evidenciando agresividad, efectividad y un rápido accionar del juego ofensivo, la Tricolor, desde el primer minuto, salió con la misma idea de juego: el 4-3-3, a veces 4-4-2 compacto, posicionado en un bloque medio y manteniendo una presión constante del bloque ofensivo, hostigando e incomodando la salida de Argentina. Trabajo que, a medida que avanzaron los minutos, permitió que Colombia recuperara muchos balones en el mediocampo y explotara las transiciones, una de las claves en su juego. En el juego directo, con velocidad, Colombia volvió ropa de trabajo a los argentinos. Batioja y Óscar Perea fueron las figuras, los jugadores más destacados y de quienes vinieron las opciones más claras de gol, pues con su velocidad por afuera y su capacidad en el uno contra uno, le dieron la posibilidad a la selección de pasar rápidamente al ataque y tocar constantemente el área contraria, teniendo en cuenta que Argentina, manteniendo su idea de juego, fue agresiva y salió a buscar, dando espacios en terreno propio.
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El conjunto colombiano, lejos de sufrir el partido, con calma y siendo efectivo en la desarticulación, fue limitando a la selección argentina, que no encontraba esa sinergia que evidenció ante los gauchos. Le costaba generar y, en el juego hombre a hombre, la mayoría de las veces perdía. El carril exterior izquierdo vislumbró que Colombia tiene quizá a uno de los mejores extremos del campeonato. El juego ofensivo recayó por ese costado y Óscar Perea marcó la diferencia. Comprometido en la presión, también fue ganando confianza y encontrando grietas por ese costado. El lateral argentino Lucas Obregón no supo cómo marcar a Perea y, teniendo en cuenta que Argentina se desdoblaba en ataque, terminó quedando siempre mano a mano ante el colombiano. Dos transiciones le bastaron a Perea para romper la paridad en el marcador. A los 33 minutos, el extremo colombiano aprovechó una recuperación alta para quedar mano a mano con el marcador argentino. Con una finta a perfil cambiado se deshizo de la marca y cruzó el balón para darle la ventaja a la selección.
Hasta ese punto del juego, Argentina no había llegado con peligro. Colombia había hecho lo más difícil: concretar la cantidad de juego ofensivo que generaba. Sin embargo, Argentina demostró ser un equipo que no necesita muchas variantes y gestación para anotar. Tres minutos después del gol de Colombia, una jugada por el sector izquierdo, en donde Keimer Sandoval es el mayor responsable, permitió que el gaucho desbordara la banda e ingresara al área. Este conectó con la figura de la Albiceleste, Claudio Echeverri, quien anotó el tanto del empate.
Un segundo tiempo abierto que terminó en tablas
Para la segunda mitad, el juego cambió un poco. Colombia reguló y el partido fue más abierto para ambos conjuntos. Por ciertos momentos, Colombia se animaba y, nuevamente por afuera, encontraba espacios y peligro. Esta vez, Andy Batioja fue el hombre que marcó la diferencia, aunque se equivocó en la toma de decisiones en el último tercio de la cancha. Colombia alteró un poco la idea de juego, identificó que le hacía más daño a Argentina jugando largo y directo, y por eso la posesión de la pelota en la segunda mitad fue más para los gauchos. Colombia, un poco más retrasado, se hacía fuerte en marca en terreno propio y rápidamente jugaba de adentro hacia afuera. Con espacios y sacando ventaja, la Selección no supo ser asertiva en el último tercio. Los desdobles de Batioja no llegaron a ningún puerto, mientras los hombres que ingresaron no influyeron de la manera esperada. Alejandro Villareal y Jhon Montaño jugaron mucho más centralizados y perdieron constantemente ante los argentinos.
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Finalmente, ninguno de los dos equipos pudo hacerle daño al otro. Colombia sumó su primer punto y, más allá de empatar un juego que en el primer tiempo pudo ganar, mostró personalidad y competitividad, dos factores que estaban en duda en el equipo de César Torres. El próximo sparring será la selección de Ecuador, juego en el cual Colombia buscará un triunfo que lo acerque a la siguiente ronda del Sudamericano, mientras Argentina, líder del grupo, enfrentará a la tierna selección de Bolivia, que aún no ha sumado puntos.
Alexander Cortés