En un partidazo con todos los condimentos de un clásico de una región futbolera, el Blanco-Blanco se impuso 3-1 a Deportivo Pereira, que sigue hundido en la crisis y sin ganar en el torneo. Dayro Moreno igualó la marca de Falcao García.
En la previa, un marco espléndido. El estadio Palogrande de Manizales vivió la mejor fiesta del fútbol, con las dos hinchadas presentes y un tifo que desplegaron los hinchas del Once, el cual llamó la atención de propios y extraños, pues hacía referencia a la serie animada Supercampeones, donde el soñador (Oliver Atom) era el Pereira y el ganador y realizador (Once Caldas), acompañado de la icónica frase: “Tu sueño, mi historia”.
En el terreno de juego, las acciones estuvieron a la altura de las expectativas, como se vive un clásico, con alta intensidad. En el comienzo, para sorpresa de muchos, el Pereira, a pesar de su mal momento, salió decidido a buscar el resultado con un bloque alto y agresivo. Incómodo para el Once, lo mantuvo en campo propio, le recuperó la pelota en zonas altas y, por medio de Estacio, desequilibró constantemente. Jugadores de buen pie empezaban a hacerse fuertes con la pelota. Pereira, jugando muy bien, llegaba constantemente y hacía pasar trabajo a James Aguirre, arquero del Once Caldas. Dando prioridad a la posesión, a las asociaciones cortas y evitando dividir el balón, el Grande Matecaña encontró la apertura del marcador al minuto 18, por medio de Rubilio Castillo, tras una muy buena acción colectiva.
El gol despertó al Once Caldas, que hasta ese punto del juego jugaba bajo las condiciones y ritmo del Pereira. El Blanco-Blanco mejoró con la pelota, empezó a salir con más facilidad y un hombre que terminaría siendo la figura del juego, Michael Barrios, empezó a crecer futbolísticamente y a ser protagonista. El volante tuvo participación en los tres goles del Once.
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¡Inaceptable! Rubilio Castillo es víctima de insultos racistas por un colega
Con el clásico en su punto máximo de intensidad, el ambiente presionando y la sangre caliente en el terreno de juego, llegaría una acción que generó todo tipo de repudio y rechazo. No puede ser algo que se quede en la cancha, pues el fútbol, como el producto comercial más importante del país, tiene un alcance mediático que deja un mensaje negativo para la sociedad.
En una jugada normal de roce y choque, el delantero matecaña, Rubilio Castillo, terminó en el suelo. Allí se generó un cruce de palabras y se desató el caos, pues el jugador del conjunto manizaleño, Joel Contreras, según fuentes presentes en el estadio, lanzó insultos racistas al jugador hondureño. Inmediatamente, la tensión se apoderó de sus compañeros y la situación se salió de control. El jugador del Blanco-Blanco se defendió diciendo que lo querían incriminar, mientras el agredido se descompuso en llanto.
“Tengo dolor de país en este momento. No puede ser que nosotros hagamos esto que hicimos, y no solo lo del chico. Después veo a la hinchada aplaudiendo ese tipo de comportamientos. ¿En qué estamos? ¿En qué país estamos? Y no solamente es el fútbol, es todo lo que ocurre en este país”, declaró Luis Fernando Suárez en conferencia de prensa.
Finalmente, el acusado, Joel Contreras, fue sustituido por Hernán Darío Herrera bajo asesoramiento de Dayro Moreno. El partido se reanudó, dejando un precedente completamente reprochable, pues es inadmisible que este tipo de insultos, rechazados en todo el mundo y penalizados en países como España, se den entre colegas.
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Segundo tiempo: Once Caldas remonta y Dayro Moreno se inmortaliza
Para la segunda mitad, ya con el juego igualado, el partido se jugó de área a área, muy abierto, con dos equipos de alta intensidad yendo al frente. Sin embargo, la diferencia estuvo en la parte individual. Adrián Estacio, quien fue el jugador más destacado del Grande Matecaña, no definió, mientras Michael Barrios, Jefry Zapata y Dayro Moreno le bajaron la persiana al juego y al clásico.
En el mejor momento del conjunto pereirano, tras haber desaprovechado varias opciones, llegó una jugada nuevamente por la banda. Michael Barrios, como artífice del ataque durante todo el partido, en el uno contra uno le ganó a Walmer Pacheco, quien sufrió mucho en el encuentro. Metió un centro preciso para que Jefry Zapata, con un cabezazo de pique al piso, le diera la ventaja al Once y empezara a ambientar la fiesta que se avecinaba.
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Con el resultado en contra, Pereira tuvo que arriesgar en busca del empate, subiendo líneas y descolgando jugadores en ataque. Sin embargo, quedó expuesto, y en una transición llegó un gol inolvidable. Otra vez, Michael Barrios desbordó con velocidad y potencia, ganó metros y sirvió el balón al goleador que llegaba por el centro. Dayro Moreno marcó el tan anhelado gol 350, un tanto que le permite igualar el registro de Falcao García como máximo goleador histórico del fútbol colombiano. El Palogrande se puso de pie y lo celebró como un título, mientras en el terreno de juego Dayro festejaba bailando con su entrenador.
El clásico del Eje y la fiesta fueron blancas, con la hinchada celebrando junto a su ídolo y goleador. Sin embargo, más allá del éxtasis y el momento histórico, el partido queda manchado por el episodio de racismo con el jugador Rubilio Castillo.
Alexander Cortes