El presidente Andrés Manuel López Obrador no está en la novena Cumbre de las Américas que se celebra esta semana en Los Ángeles. Él mismo ya lo había anunciado, y atribuyó su decisión a la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Para sustituirlo, nombró una delegación encabezada por el secretario de relaciones exteriores: Marcelo Ebrard. López declaró en su alocución matutina:
“No voy a la Cumbre porque no se invita a todos los países de América y yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos”.
Casi que de inmediato, Estados Unidos, a través de un portavoz del Departamento de Estado ha informado en una conferencia de prensa que comprende la posición de México. Además, el funcionario defendió la posición de Washington de no convocar a representantes de Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega. “Esos países no son ejemplos de una gobernanza democrática”, afirmó el vocero del secretario Antony Blinken.
Es importante recordar que, hace un mes, López Obrador supeditó su participación a la invitación de representantes de La Habana, Caracas y Managua, a cuyos gobiernos Estados Unidos acusa sistemáticamente de violar los derechos humanos. Esto llevó a que se estableciera un pulso entre El Palacio Nacional y La Casa Blanca, que se mostró hasta último momento interesada en la presencia del mandatario mexicano en la Cumbre.
No obstante, en medio de las negociaciones, Biden tuvo algunos gestos amables que alimentaron las esperanzas de México. El mandatario norteamericano rebajó las sanciones petroleras a Venezuela, suavizó su política hacia Cuba; estos puntos hicieron pensar que recuperaría en parte la senda del expresidente Barack Obama y la presencia de los 3 países en Los Ángeles.
"La Cumbre representa una oportunidad para intentar contrarrestar la creciente influencia china en la región, además de promover los intereses de Estados Unidos con respecto a la migración, la lucha contra el narcotráfico, el medio ambiente y la promoción de la democracia”, dijo el profesor de la Universidad de Cornell, Gustavo Flores-Macías.
La presencia de México en la Cumbre no estuvo en peligro, ya que asistirá el canciller Ebrard, un funcionario determinante del gobierno de López Obrador, de quien se asegura es el futuro sucesor del mandatario.
La principal intención de Estados Unidos era que México estuviera representado por el primer mandatario. “En la Cumbre se requiere que México esté allí con su liderazgo”, afirmó el embajador Ken Salazar.
Escrito por Humberto ´Toto´ Torres.