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Como en muchos otros frentes vitales para la seguridad planetaria, Israel ha dado el primer paso.

 ASTROLABIO # 134 / VIE 31 DICIEMBRE 2021

Como en muchos otros frentes vitales para la seguridad planetaria, Israel ha dado el primer paso.

En este caso, para frenar la irresponsabilidad de Google y otras redes sociales en la delicadísima materia de la seguridad.

Al vivir del desenfreno informativo, Google y otras plataformas manipulan la información, o la presentan a su antojo y acomodo, amparándose en un falso criterio de libertad de expresión.

En resumen, cooperan en la promoción del odio, la inseguridad y la inestabilidad, solazándose con la euforia y el paroxismo de los extremistas.

Amparando el fanatismo, la deshonra y la distorsión de la realidad, manipulan a su antojo la visión global sobre la reputación de las personas, instituciones sociales y fenómenos históricos y políticos.

Pero, por fin y en buena hora, Israel, como pionero, ha iniciado ya la tarea orientada a ponerle freno a semejantes despropósitos.

Despropósitos que, desde hace años, son la verdadera pandemia, madre de todas las pandemias.

Aunque la incitación y la instigación están penalizadas en varias legislaciones, lo cierto es que ahora las denuncias y gestiones legales llevarán a que, en cuestión de horas, toda esa basura que Google canaliza sea inmediatamente removida so pena de demoledoras sanciones.

De tal manera, quedan atrás, y para siempre, todos aquellos alegatos superfluos, falaces y artificiosos basados en que esos siniestros conglomerados “no son editores”, o que solo son bienhechores y robinhoodescos  “estandartes de la libre opinión”.

Pero, además, y como si todo lo anterior fuera poco, muy pronto se echará a andar el Comité Especial de las Naciones Unidas para ponerles coto por doquier.

Y allí, a escala planetaria, no habrá tutía que valga. 

Google y sus secuaces podrán ser muy poderosas, y lo seguirán siendo por un tiempo, pero ya pueden comenzar a morderse las uñas.  

La arbitrariedad, el despotismo mediático, el derecho al olvido -gestionado a su antojo-, así como el supremacismo informático e informativo ya están llegando a su fin.

Se les agota, pues, todo ese combustible, esa incorregible piromanía de las que ellos viven.

En síntesis, aunque por ahora solo suene a pensar con el deseo, digamos, en términos tumularios, «réquiem por Google».  

En todo caso, réquiem.

 

vicentetorrijos.com