La selección Argentina ‘lo volvió a hacer’ este martes en medio de un partido que tuvo todo tipo de emociones, venciendo 0-1 a la Canarinha.
La edición número 106 del clásico de las Américas fue ‘como de película’. Un partido que prometía ser ‘picante’ por varios factores, incluyendo el último juego en el estadio Maracaná donde Argentina se consagró campeón de la Copa América ante Brasil, y el más reciente, la final de la Copa Libertadores. Fluminense, dirigido por Diniz, actual entrenador del seleccionado brasileño, se llevó la victoria ante Boca Juniors en medio de tensión y riñas entre hinchas de ambos equipos. Con esos antecedentes, Argentina llegó a Río de Janeiro en busca de recuperar los puntos perdidos ante Uruguay en Buenos Aires.
El juego, que acaparó toda la atención del continente, comenzó a teñirse de gris desde el calentamiento con cánticos e insultos por parte de las barras. La situación empeoró durante la entonación de los himnos, convirtiendo las tribunas del Maracaná en un ‘campo de guerra’. La policía local intervino cuando los jugadores argentinos se vieron involucrados en la situación, algunos de ellos se quejaron del mal trato de la fuerza pública hacia sus compatriotas. Emiliano Martínez, ¡el mejor arquero del mundo!, se lanzó contra los policías para evitar la violencia contra los aficionados.
Por orden de Lionel Messi, la selección Argentina se retiró del terreno de juego y amenazó con no disputarlo.
Messi expresó: “Veíamos cómo le estaban pegando a la gente. La policía, como pasó en la final de la Libertadores, otra vez reprimiendo a la gente. Había jugadores que tenían familia ahí”.
Finalmente, 30 minutos después de la hora programada y con la situación controlada, se inició el compromiso. Fue un partido tenso, físico y luchado, que se definió con un gol de Nicolás Otamendi en el segundo tiempo. Brasil intentó, pero todo quedó en intenciones. Es la tercera derrota consecutiva para la Canarinha.
Al final, la rabia y desasosiego de los hinchas argentinos se convirtió en euforia y emoción. Jugadores, cuerpo técnico y aficionados se adueñaron del Maracaná para celebrar una victoria histórica. Es la primera vez en 69 años que Brasil pierde un partido en condición de local por eliminatorias.
Lionel Scaloni, entrenador del seleccionado argentino, aguó la fiesta y la celebración con unas polémicas declaraciones en conferencia de prensa, poniendo en duda su continuidad al mando de la ‘Albiceleste’.
“En este tiempo, estos jugadores nos han dado mucho y necesito pensar mucho en qué voy a hacer. No es un adiós ni otra cosa, pero necesito pensarlo porque la vara está muy alta y está complicado seguir y está complicado seguir ganando”.
Alexander Cortés