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Colombia planta cara y se trae un punto del Monumental: la tricolor aplazó la clasificación al mundial

A falta de 8 minutos para el final, la Selección perdió el triunfo en Argentina, aun así, dejó buenas sensaciones de cara al remate de la eliminatoria.

Después de una racha negativa, que aún se mantiene pues Colombia completó seis partidos sin ganar, de venir de perder puntos importantes en casa ante Paraguay, Ecuador y Perú, Colombia se lavó la cara en el Más Monumental ante el rival más difícil y en el escenario menos deseado, sacó la casta, y con mucha gallardía, orden, obediencia táctica y un Luis Díaz en nivel supremo se trajo un punto de Buenos Aires.

Primer tiempo: toca la perfección por juego y efectividad

Desde el primer minuto Colombia salió con determinación, los 15 minutos de presión del local no existieron. Renunciando a jugar con un nueve natural, Colombia metió una línea de cinco en el medio, buscando robustecer la marca y recuperar la pelota no tan retrasado. Richard Ríos, Jefferson Lerma y Kevin Castaño, por primera vez jugaron juntos. Atrás, la principal novedad fue el regreso de Jhon Lucumí, mientras en ataque Jáminton Campaz y Luis Díaz fueron los jugadores que tuvieron que doblarse constantemente, siendo salida con velocidad y una ayuda importante sin balón para cerrar el bloque.

Colombia se defendió con mucha efectividad y oficio. Por momentos intentó presionar alto, y por otros jugó en terreno propio. Aun así, el trabajo defensivo fue muy ordenado: por dentro y por fuera, Colombia fue muy fuerte. Los bloques de marca en distintos sectores del terreno de juego, los agarres, permutas y cierres fueron perfectos. Ningún jugador se ahorró esfuerzo: sin pelota, Richard Ríos, Castaño, Lerma y Davinson Sánchez estuvieron impecables, con una gran dinámica mordieron y desarticularon los intentos de ataque del conjunto albiceleste, recibiendo el respaldo de Daniel Muñoz y Deiver Machado, que por afuera no salieron tanto, pero cumplieron en cortar los desbordes y salidas por afuera de Argentina.

Colombia, sin la posesión de la pelota, generaba peligro. Con espacios y campo abierto, James Rodríguez empezó a crecer, haciendo lo que mejor hace: filtrar balones. La velocidad y potencia de Luis Díaz fue incontrolable para los argentinos, mientras Campaz y Richard Ríos fueron de gran aporte también en terreno contrario, por ser jugadores que, aunque saben defender, tienen características ofensivas.

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Luis Díaz rompe la racha: Colombia vuelve a marcar después de 27 años en Argentina

Colombia no sufría el juego, Kevin Mier no era figura, y Argentina, impotente y exigido al máximo, no encontraba cómo hacerle daño a Colombia. En una desconcentración de Rodrigo De Paul, nacería el gol de la tricolor: el hombre del Atlético de Madrid pierde un balón, su equipo queda jugado. Castaño, quien recuperó, entrega a Luis Díaz, y después lo difícil lo hizo ver muy fácil el guajiro. Por la banda, donde se siente cómodo, desbordó, jugó hacia dentro, con velocidad y técnica acumuló rivales y se abrió espacio para definir ante la salida de Emiliano Martínez. Un gol con todos los pergaminos de un crack, de un jugador superlativo, de un distinto y del jugador que individualmente fue quien marcó la diferencia anoche.

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Tras el gol, Colombia retrocedió un par de metros. Argentina se montó en el partido, jugando en campo contrario y manejando el balón e intensidad del juego lo intentó, pero pasó desapercibido en el último tercio de la cancha, porque Colombia se mantuvo robusto y ordenado atrás. No dio ventajas y solo en una ocasión permitió un remate, en el cual aparecería Kevin Mier, en la única para el equipo argentino en la primera mitad.

Segundo tiempo: Colombia intenta darle trámite a la ventaja, pero sufre sin balón

Como se esperaba, Argentina salió con uñas y dientes a buscar el empate. Scaloni movió fichas para darle más fuerza a la presión y al ataque de su equipo: ingresaron Nicolás González y Giuliano Simeone. Argentina mantuvo la posesión, pero incrementó un poco la intensidad en la recuperación. No le daba respiro a Colombia, ejerciendo el bien conocido trabajo defensa-ataque, inclinó la cancha por completo y metió a Colombia en campo propio. Un Colombia que continuaba defendiéndose muy bien, con movimientos y funcionamiento calcado y mecanizado, pero que no supo cómo bajarle el ritmo a Argentina, y empezó a sufrir. Se fue quedando físicamente y no sostenía la pelota: la presión lo llevaba a la imprecisión y a pasar desapercibido en campo contrario.

En un intento de no perder marca, pero recuperar un poco la confianza con la pelota, Lorenzo envía al terreno de juego a Jhon Román y Jorge Carrascal. Al jugador de Atlético Nacional poco lo buscaron, mientras Carrascal se fue diluyendo en el juego. Le pesó asumir el liderazgo con la pelota y terminó viéndose perdido, porque no es un jugador con las condiciones atléticas para marcar y aportar en un partido tan exigente sin balón.

Argentina renunció a Messi, para darle otro aire al ataque. Cada vez la presión era más intensa. Colombia se defendía, pero no encontró cómo bajarle la intensidad al juego.

Colombia pestañea un segundo y Almada cobra

Un intento de viveza por parte de Jhon Lucumí derivó en una acción ingenua que desconcentró a la saga defensiva de Colombia. En un cierre, el central colombiano, por intentar ganar unos minutos, pidió atención médica. El árbitro no se la otorgó, sus compañeros alrededor se quedaron estáticos, mientras los vivos fueron los argentinos, que sacaron de manos rápidamente. Thiago Almada aprovechó que tenía tiempo y espacio para perfilarse, y luego de abrirse espacio sacó un remate inatajable para Kevin Mier. La desconcentración valió dos puntos, aun así, no borra un gran trabajo colectivo, con puntos altos individualmente del combinado tricolor.

“Estoy conforme con el rendimiento del equipo, y el esfuerzo de todos los muchachos, ahora hay que mirar hacia adelante”, afirmó Néstor Lorenzo.

El empate deja sensaciones positivas por el performance y las formas, aun así, también la desazón de que se perdió en el final por decisiones propias y desconcentraciones infantiles, que una vez más impidieron cerrar un resultado muy importante. Ahora Colombia espera asegurar su clasificación al Mundial 2026 en septiembre, cuando reciba a Bolivia y visite a Venezuela.

Alexander Cortés