¿Podría la Casa Blanca revertir la decisión?
El Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos bloqueó los aranceles recíprocos impuestos por el expresidente Donald Trump, una medida que afectaba a múltiples países, incluyendo Colombia. La decisión judicial, emitida por un panel de tres jueces en Manhattan, sostiene que el Congreso no ha delegado un poder ilimitado al presidente para imponer tarifas globales bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) de 1977.
El fallo representa un revés para la política comercial de Trump, quien había establecido aranceles de hasta el 145 % sobre productos importados desde China, Canadá, México y otros socios comerciales. La corte determinó que estos aranceles no pueden sustentarse legalmente en la IEEPA, una ley diseñada para sanciones económicas específicas durante emergencias nacionales, pero no para una reestructuración masiva del comercio.
La administración Trump justificó la imposición de estos aranceles como una estrategia proteccionista para la economía estadounidense y reducir el déficit comercial. Sin embargo, el tribunal consideró que el presidente se extralimitó en sus funciones, ya que la Constitución otorga al Congreso el poder exclusivo para regular el comercio internacional. En su fallo, los jueces señalaron que una delegación ilimitada de autoridad arancelaria constituiría una cesión indebida del poder legislativo a otra rama del gobierno, lo que es contrario a la Constitución.
El impacto de la decisión no es menor, ya que bloquea los aranceles impuestos a países como China, México y Canadá, aunque no afecta los gravámenes del 25 % sobre autos, autopartes, acero y aluminio, regulados bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial. Para Colombia, la medida representa un alivio para los exportadores, quienes podrían beneficiarse de una reducción en los costos de acceso al mercado estadounidense.
Por su parte, la Casa Blanca reaccionó rápidamente al fallo, acusando a los jueces de interferir con la seguridad económica del país y anunciando una apelación inmediata. “El presidente Trump se comprometió a defender a los trabajadores estadounidenses. Esta decisión no lo detendrá”, afirmó el portavoz Kush Desai. Mientras tanto, los mercados financieros reaccionaron con optimismo, reflejando una posible estabilización en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y sus socios estratégicos.
El fallo marca un antes y un después en el debate sobre los límites del poder presidencial en materia comercial. Con esta decisión, los jueces federales envían un mensaje claro: el Ejecutivo no puede actuar unilateralmente en la política arancelaria sin la aprobación del Congreso. A partir de ahora, el Congreso tiene la misión de recuperar el control sobre la política comercial de Estados Unidos, lo que podría generar nuevas negociaciones y ajustes en los acuerdos comerciales internacionales.
Juan Joya