Coalico sobre reclutamiento de menores en Colombia: “Es un delito, no lo podemos seguir normalizando, ni ocultando”

En el Informativo Digital Colmundo conversamos con Julia Castellanos, coordinadora de la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico), sobre las preocupantes cifras de reclutamiento de menores de edad en el país por parte de grupos armados.

Escucha la entrevista completa en el siguiente enlace: 

Inicialmente, Castellanos explicó que la Coalico cumple este año 15 años de monitoreo y de seguimiento sistemático de las afectaciones que, por el conflicto armado, impactan de manera directa a las niñas, niños y adolescentes. Y por medio de la entidad, suministran información de manera semestral y anual. “Recientemente entregamos nuestro informe, nuestro boletín de monitoreo número 31, que corresponde al periodo de tiempo de enero a junio del 2024, en donde pudimos monitorear alrededor de 481 eventos de conflicto armado, de los cuales 201 implicaron una afectación directa a niñas, niños y adolescentes”, señaló.

Asimismo, indicó que, de acuerdo a su espectro de observación, alrededor de 17.359 menores de edad se vieron impactados de manera directa por el conflicto armado en 30 departamentos del país. Según la funcionaria, los hechos “están asociados principalmente a situaciones de control por parte de los actores armados en lo territorial”.

“Un control bastante fuerte, con presencia muy marcada de estructuras, de más de 30 estructuras de las disidencias de las FARC, del ELN, de grupos armados post-desmovilización paramilitar y estructuras armadas locales. En este periodo de tiempo, de enero a junio de 2024, monitoreamos alrededor de 78 eventos de vinculación de niños por reclutamiento, con afectación directa a por lo menos 142 víctimas”, añadió.

En este sentido, explicó que uno de los medios de contacto que los grupos armados usan para conectar con los menores son las redes sociales, por tal motivo, insta a que haya una supervisión por parte de los padres al momento de dejarles usar las plataformas digitales.

“Nosotros hemos venido alertando, desde más o menos la pandemia, sobre la modalidad de contacto a través de redes sociales como TikTok, Facebook y WhatsApp, donde se promueve la vida dentro del grupo armado como una oportunidad para mejorar las condiciones; se promueven ideologías, se promueven relaciones de igualdad entre hombres y mujeres, se hace apología a la guerra, y se utiliza como un mecanismo también para sobrevivir a la adversidad de esos contextos en los que se encuentran las niñas, niños y adolescentes”, continuó expresando.

Por consiguiente, desde Coalico han insistido en que se censure este tipo de contenidos de promoción, porque, incluso, hay niños que desde los seis o siete años ya tienen un dispositivo móvil y acceso a este escenario. “Como Estado, hemos fallado, como sociedad hemos fallado en algunas acciones estructurales. Los niños y las niñas no se van al conflicto armado porque sí, se van por situaciones de violencia, por situaciones de hambre, por coerción, porque efectivamente los engañan, por tácticas de manipulación emocional a través del enamoramiento. Entonces, también entender la dinámica del reclutamiento como delito es muy importante en lo territorial porque llega a normalizarse”, agregó.

Un punto por resaltar es que Julia Castellanos mencionó que las escuelas son un lugar de riesgo porque existen reclutadores alrededor de ellas. Según Julia, “los actores armados están contactando a los líderes y lideresas estudiantiles, personeros, para tener un diálogo y empezar desde allí a vincular a las niñas, niños y adolescentes”.

Para concluir, la coordinadora de Coalico dijo que la primera recomendación es entender que el reclutamiento de niños en Colombia es un delito y no se puede seguir normalizando, y mucho menos ocultando. También es importante “reconocer la dinámica propia del contexto y avanzar en la protección de la educación como un escenario fundamental para la garantía de los derechos de las niñas y adolescentes”, y finalmente, hacer que los colegios sean un lugar seguro para ellos. “Si la escuela se vuelve un escenario protegido y protector, allí será clave”, puntualizó.

Dayineth Molina Velásquez