En el transcurso de esta semana se adelantaría la reubicación de otro grupo indígena.
Según lo anunció la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, en las últimas horas fueron retornados de manera voluntaria 210 núcleos familiares, integrados por más de 500 indígenas Emberá que vivían en la Unidad de Protección Integral (UPI) La Florida y La Rioja en la capital colombiana, quienes retornarán a Risaralda.
En 13 buses, la población indígena se desplazó hasta Gitó Dokabú en Pueblo Rico, Risaralda, en atención a una nueva fase de retorno coordinada. El proceso de retorno fue adelantado por la Unidad para las Víctimas y contó con el acompañamiento de entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Secretaría de Gobierno de Bogotá y la Defensoría del Pueblo.
Juan Manuel López, coordinador del Grupo de Retornos y Reubicaciones de la Unidad, se refirió a la atención que se les está brindando a las familias Emberá.
‘El día de hoy nos encontramos en una institución educativa donde estamos haciendo el proceso de entrega de garantías que se acordaron con las comunidades de la UPI La Florida y La Rioja. Estamos haciendo las entregas de kit de habitabilidad, ejercicio de diálogo y entregas de pago mular’, indicó López.
Por otra parte, el secretario de Gobierno de Bogotá, José David Riveros, indicó que continúan los esfuerzos en el Distrito para retornar a los indígenas. Esta semana se reubicarían a la comunidad que permanece en el Parque Nacional.
El hacinamiento, las enfermedades y el hambre han marcado la crisis de centenares de familias Emberá asentadas en la Unidad de Protección Integral (UPI) La Rioja, en Bogotá. Reportes de amenazas en el territorio por cuenta del conflicto armado y exigencias por necesidades básicas insatisfechas con el Estado son los detonantes que motivan los desplazamientos forzados desde el Alto Andágueda hasta la capital.
El drama de muchos Emberá asentados en La Rioja comenzó en mayo de 2020. Primero, llegaron a un costado del Parque Tercer Milenio. Luego, se asentaron durante meses en el Parque Nacional, resistiendo las inclemencias del clima en sus campamentos.
Aunque muchas familias se reubicaron en otras UPIs, como La Florida, e iniciaron sus procesos de retorno, los Emberá Katio, oriundos del Alto Andágueda, decidieron permanecer e insistir en un diálogo directo con la institucionalidad. Mucho después se establecieron en La Rioja, un albergue transitorio que no da abasto para la cantidad de familias ubicadas y no cuenta con condiciones de salubridad dignas para su permanencia.
El costo total del andamiaje, incluyendo transportes, alimentación, ayudas humanitarias y los kits de hábitat entregados, ronda los 2.000 millones de pesos. Un equipo de aproximadamente 70 personas, entre funcionarios y contratistas, son los encargados de la preparación, alistamiento y logística para el buen desarrollo del retorno.
Es de resaltar que tanto las familias como sus enseres fueron transportados hasta la Institución Educativa Intercultural Dokabú, ubicada en la vereda Ágüita, jurisdicción del municipio de Pueblo Rico, Risaralda.
Juan Joya