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China se ha convertido en una superpotencia militar.

 ASTROLABIO # 192 / VIE 17 FEBRERO 2023

Antes descollaba tan solo en materia comercial, gracias a su régimen político.

Se trata de un régimen mixto que se basa en un control social interno férreo e inflexible, propio del socialismo clásico.

Pero también en un control económico externo, aunque abierto al comercio : el capitalismo de Estado.

Pero combinar esos dos frentes no era suficiente.  

Tarde o temprano, la implantación comercial a escala global tenía que desembocar en innovación tecnológica.

Y esa innovación tecnológica tenía que traducirse en capacidades militares multidominio, o sea, en todos los campos.

Por eso, China es hoy una superpotencia espacial con pretensiones sobre la Luna y Marte.

También lo es en materia cibernética, con influencia híbrida clara en el campo de la desinformación y la eventual afectación de infraestructuras críticas.

Y, por supuesto, su fortaleza física, cinética, también queda clara y, sin duda, boyante.

La masa continental está bien protegida y como comparte fronteras con superpoderes como Rusia e India, la posibilidad de enfrentamiento terrestre se reduce.

En cambio, la lógica de su expansionismo físico se relaciona directamente con el mar.

Al tener el Pacífico al frente, es apenas natural que busque desplazarse afanosamente hacia el Este y el Oeste.

Por tal razón, trata de controlar plenamente su mar interior, el mar meridional de China, el que le sirve como plataforma para extenderse.

Como nunca fue una potencia marítima, ahora le cuesta mucho propagarse.

De tal modo, ha tejido un collar en ese entorno y ha construido islas artificiales para gozar de soberanía artificial.

Ha asegurado posiciones en el cuerno africano y trata de convertir a las Islas Salomón en una especie de protectorado.

En otras palabras, su proyecto expansionista marítimo imperial tiene inconmensurables potenciales.

Tantos, que los EEUU, como potencia hegemónica global ha catalogado a la República Popular como su principal amenaza, por encima de Moscú.

Y ha desplegado en el área todas sus fortalezas competitivas, diplomáticas y militares.

Eso significa que la contención-y-disuasión de China tiene que materializarse en alianzas.

Y tras el fracaso histórico de la SEATO, ha creado dos : QUAD y AUKUS, en las que asocia a Japón, India, el Reino Unido y Australia.

Alianzas que se ven reforzadas por una serie de pactos bilaterales contributivos con los que Washington ha desplegado toda una red destinada no solo a proteger a Taiwán.

Tailandia, Indonesia, Vietnam, Singapur, Surcorea y Filipinas conforman esa barrera destinada, justamente, a refrenar el apetito de Pekín.

Para no ir muy lejos, los acuerdos que acaban de suscribir la Casa Blanca y Manila son la mejor muestra de ese “freno de mano”.

Como parte del Pacto Mejorado de Cooperación en Defensa (EDCA) del 2014, los EEUU podrán acceder a unas diez bases militares que operarán como cerrojo frente a las aspiraciones chinas.

Al estar situadas al norte, centro y sur del archipiélago, estas bases completan todo el arco profiláctico que se extiende desde Hawái hasta Baréin.

O sea, que la contienda imperial, global, queda clara.  

Al fin y al cabo, es así como se ha entretejido la mismísima historia de los seres humanos.

 

vicentetorrijos.com