El gobierno chino da un paso importante en la forma como ha llevado la pandemia de Covid-19; recientemente, comunicó la decisión de no exigir más a los viajeros que llegan a su territorio la cuarentena obligatoria que normalmente se hacía en un centro que supervisaban autoridades y personal médico.
Este es un giro que bajaría las medidas extremas que el país ha venido aplicando y que estaban vigentes desde 2020.La medida se informó en un comunicado oficial por la Comisión Nacional de Salud.
La medida para los viajeros consistía en pasar cinco días en cuarentena obligatoria en un centro supervisado por funcionarios del Gobierno y adicionalmente tres días de aislamiento domiciliario.
No obstante, los viajeros que quieran entrar al país deberán someterse a una prueba PCR 48 horas antes de su llegada, según lo indicaron las autoridades sanitarias.
En ese sentido, ya no se realizará rastreo a los contagiados ni a sus contactos cercanos y tampoco se fijarán zonas de alto o bajo riesgo. En periodos del 2022 se llegaron a exigir 21 o incluso 28 días de aislamiento.
La intención de las autoridades es facilitar las disposiciones para que los extranjeros vayan a China por motivos de trabajo o negocios, esto incluye, facilitar los visados necesarios y la entrada y salida de pasajeros en los puertos marítimos y terrestres.
Afectaciones económicas
Los tres años de la política de tolerancia cero, que se cuentan desde el cierre de las fronteras y las demás restricciones han golpeado la economía china, hasta el punto que el mes pasado cientos de empleados salieron a las calles para protestar contra el Gobierno de Xi Jinping.
Las autoridades eliminaron la mayor parte de las restricciones nacionales, lo que ha generado que los hospitales de todo el país se vean obligados a luchar contra un aumento exponencial de las infecciones.
China es la última de las grandes economías en pasar a tratar el Covid-19 como endémico. Sus discutidas formas de contención han ralentizado la economía del país en 17 mil millones de dólares hasta su tasa de crecimiento más baja en casi medio siglo, generando gran afectación en las cadenas mundiales de suministro y de comercio.