Ni el embajador ni el tiburón pudieron ganarle a un Jaguares que, con muy poco, saca puntos.
Este fin de semana, nuevamente Jaguares, un club que es antepenúltimo del campeonato y que actualmente está en puesto de descenso directo, volvió a complicar a un club que probablemente es uno de los de mejor plantilla de la liga, que tiene el triple de recursos, jugadores con experiencia y calidad, pero que en el terreno de juego demostró que, con un trabajo defensivo ordenado, está en las mismas condiciones que Millonarios y Junior de Barranquilla.
Tras conseguir un empate vital en Bogotá entre semana, Jaguares recibía a un Junior de Barranquilla, quien, aunque no goza de vivir el mejor presente, sigue siendo un equipo con múltiples herramientas para ser considerado uno de los rivales de mayor estudio y cuidado actualmente en la liga. Lejos del escenario esperado, los ‘felinos’ nuevamente volvieron a complicar a un grande y sacaron un punto que sabe a derrota, ya que Junior encontró el empate al minuto 90+6.
El ‘tiburón’ tuvo mayor control de pelota; el partido fue parejo por la efectividad que tuvo el equipo felino, todo lo contrario a Junior, que le cuesta llegar con claridad, ser efectivo y claro en el último tercio de la cancha, y aún más preocupante, finalizar con asertividad toda la cantidad de juego ofensivo que genera. El conjunto, liderado ahora por César Farías, momentáneamente sufre los partidos, no solamente por los vacíos propios, la incomodidad del difícil presente y el desconocimiento de la idea de Farías, que aún está ‘biche’. Acostumbrándose a terminar los partidos jugando contra tres rivales: contrario, marcador y tiempo.
Tanto ante Jaguares, Nacional, Águilas y Medellín, el equipo del venezolano siempre ha comenzado abajo en el marcador, haciendo que el contexto para Junior sea hostil y termine derivando en espacios y ventajas para el contrario. La ansiedad y necesidad de resultados se apodera de un equipo que tiene mucho talento individualmente en el terreno de juego, pero que sufre porque el colectivo no engrana; cada quien intenta solucionar de manera individual, llevando al conjunto a una zona de desespero e impotencia en la que termina pidiendo tiempo y tirando restos para igualar un compromiso.
“Venimos sin confianza, sin seguridad en el juego. Necesitábamos tal vez un respirito como el de hoy. Yo sé que uno quiere ganar, pero a veces los puntos de partida son así. Vi un equipo que nunca bajó los brazos. Hoy me llevo sensaciones buenas; el equipo se ha podido entregar ante la dificultad”, dijo el estratega César Farías.
“Desde chiquito me enseñaron a luchar, a no rendirme. Hoy se los había manifestado a mis jugadores; les dije: ‘No me importa si me tengo que ir en unos minutos, pero que yo sienta que ustedes dieron todo’ y eso lo vi”.
Parcialmente, la realidad es que César Farías aún no logra ganar con el conjunto tiburón. En 360 minutos, el equipo no muestra una mejoría notoria, más allá de cómo lo mencionó el estratega: una inyección actitudinal que lo impulsó este fin de semana a conseguir su primer punto y cortar una racha de tres derrotas consecutivas, resultado al cual el Junior se aferra para que, como lo mencionó Farías y respaldó Carlos Bacca, sea el punto de partida.
Alexander Cortés