Los incendios en Aquidauana, Brasil, han consumido buena parte del que es considerado el humedal más grande de la tierra.
El Pantanal de Brasil es el humedal más grande del mundo, área que está siendo consumida por incendios forestales. Las llamas están arrasando la región, amenazando especies en peligro de extinción y acercándose rápidamente hacia las vías principales. Tan solo este año, el fuego ha arrasado cerca de 262 mil hectáreas de la región del Pantanal, una cifra cada vez más cercana al récord de 2020.
Este valioso ecosistema enfrenta la mayor sequía de los últimos años, lo que ha agravado la situación. Los incendios, en su mayoría originados en terrenos privados con el objetivo de limpiarlos, terminan por extenderse hasta zonas protegidas.
La situación es crítica en el Parque de las Aguas, dentro del Pantanal, que ya ha perdido el 85 % de su territorio. Era el lugar de mayor concentración del mundo de jaguares y hábitat natural del singular guacamayo Jacinto o guacamayo azul.
A pesar del esfuerzo de los bomberos y defensores de fauna por atenuar la catástrofe, solo una fuerte lluvia sería capaz de frenar este voraz incendio, debido a su gran magnitud. Es un suceso alarmante para el medio ambiente y la biodiversidad de la región.
Desafortunadamente, hay pocas esperanzas de un alivio cercano mediante lluvias oportunas, ya que la variación inusual del clima, propia de una ola de calor y el fenómeno de El Niño, han ocasionado temperaturas más altas y condiciones áridas, lo que ha acrecentado aún más la crisis.
El futuro del Pantanal está en riesgo a medida que avanza esta crisis ecológica. La recuperación de este humedal único y su especial biodiversidad están en juego mientras se intensifican los esfuerzos para combatir los incendios. El destino de este tesoro ecológico global está sujeto a una acción rápida y eficaz para contener las llamas y proteger el frágil hábitat que conforma el Pantanal.
Juan Joya