Las palabras de Biden suponen un endurecimiento de tono con la estrategia militar de Israel en Gaza.
El presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sostuvieron una comunicación telefónica este jueves. La llamada, que duró menos de una hora, se da días después del ataque que acabó con la vida de siete voluntarios de la organización World Central Kitchen (WCK).
Según fuentes oficiales del país norteamericano, Biden tenía previsto expresar a Netanyahu la “frustración” que le dejó este ataque, del cual Israel ha asegurado que fue “no intencionado”, mientras que WCK reclamó una investigación independiente para esclarecer lo ocurrido.
Según señaló la Casa Blanca a través de un comunicado, Biden aprovechó la conversación para pedir a Netanyahu que anuncie e implemente una serie de medidas específicas, concretas y medibles para abordar el daño a civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores de ayuda.
El mandatario estadounidense enfatizó que la futura política de su Gobierno con respecto a Gaza “dependerá” de las acciones que Israel tome para cumplir con estas peticiones y consideró como “inaceptables” los ataques en contra de trabajadores humanitarios y la situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde han muerto 33.000 personas.
Biden le habría dejado en claro a Netanyahu que “un alto el fuego inmediato es esencial para estabilizar y mejorar la situación humanitaria y proteger a los civiles inocentes”, y lo instó a dar poder a sus negociadores para llegar a un acuerdo que permita que los rehenes de este conflicto regresen a sus hogares.
A pesar de este cambio de tono hacia su aliado, el Gobierno Biden no ha modificado el apoyo que ha brindado a Israel desde el inicio del conflicto en octubre de 2023.
De hecho, este mismo jueves, el diario The Washington Post informó de que EE.UU. aprobó el lunes -el mismo día que se produjo el ataque contra WCK- un nuevo paquete de armamento a Israel que incluye 2.000 bombas de pequeño y mediano diámetro.
Además, la Administración Biden estaría a punto de aprobar la venta de hasta 50 cazas F-15 fabricados en Estados Unidos a Israel, en un acuerdo valorado en más de 18.000 millones de dólares.
En el comunicado de la Casa Blanca no se mencionó esa entrega de armas y solo se dice que ambos también hablaron sobre las amenazas de Irán a Israel. Al respecto, Biden dejó claro que Estados Unidos apoya firmemente a Israel frente a esas amenazas.
Juan Joya