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Barack Obama lanzó la semana pasada su primer libro de memorias ( « La tierra prometida », Ed. Debate ].

 ASTROLABIO # 77 / VIE 27 NOVIEMBRE 2020

Es un libro cargado de emociones e ilusiones.  Es el fiel reflejo de una personalidad cálida, humilde y serena.

Pero ese enorme carisma no riñó nunca con la toma de decisiones enérgica y contundente.

De hecho, las páginas 814 y 815, reflejan con exactitud esta virtuosa ambivalencia.

En ellas, él narra cómo fue que el 29 de abril del 2011, tomó la decisión de acabar con Osama Bin Laden, el enemigo número uno del mundo libre en general y de los Estados Unidos en particular.

Allí queda claro de qué modo evitaba el peligro de la “decisión de grupo”.  Aún habiendo decidido en esos días retirar del cargo al secretario de Defensa, R. Gates, a quien ratificó no obstante haber servido con George Bush, él estimulaba la discusión franca y sincera, nunca la obsecuencia ni el temor tóxico o reverencial hacia el jefe omnipotente.

También pone de presente la complejidad institucional en que se asume una conducta, sobre todo si el acontecimiento está rodeado de emergencias paralelas de alta complejidad, como huracanes o frustraciones en el lanzamiento de una delicada misión al espacio sideral.

Por último, presenta con toda nitidez la íntima reflexión, solitaria y secreta, en la que se debe llegar a una conclusión para dar la orden sin que tiemble el pulso pero sin vanagloriarse por el resultado y, principalmente, midiendo cada impacto que la decisión supone.  

Nunca una decisión precipitada, ostentosa, que pudiese afectar vidas inocentes, o familias, o individuos que hayan consagrado su vida al trabajo fecundo.

En otras palabras, decisiones aplomadas, certeras y basadas en un profundo respeto espiritual.

Que es, precisamente, lo que diferencia, allá, acá, o acullá, a un presidente firme y valeroso de un presidente pusilánime, temeroso y, lo que es peor aún, un presidente pendular.

* * * 

Vicente Torrijos es profesor de asuntos estratégicos en la Escuela Superior de Guerra.

vicentetorrijos.com