La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) confirmó este jueves la emisión de la licencia ambiental para la exploración costa afuera del proyecto Komodo-1, ubicado en el mar Caribe colombiano. Con esta aprobación, se reactiva una iniciativa que había sido suspendida en octubre por no contar con los permisos requeridos.
Una exploración sin precedentes
Komodo-1 será el pozo de gas offshore más profundo del mundo, con una profundidad estimada entre 3.841 y 4.002 metros. El proyecto está localizado en la zona económica exclusiva de Colombia, a unos 140 kilómetros de la costa, bajo la jurisdicción de las capitanías de puerto de Barranquilla, Santa Marta y Riohacha.
La iniciativa es liderada por Anadarko Colombia Company, en sociedad con Ecopetrol y OXY. Este desarrollo busca aportar información clave sobre nuevas reservas de gas natural, fundamentales para la seguridad energética del país.
“Esperamos que este proyecto permita aportar conocimiento e información sobre nuevas fuentes y reservas de gas natural, lo cual es crucial para garantizar la seguridad energética de todos los colombianos”, afirmó Gustavo Guerrero, procurador delegado para asuntos ambientales, minero-energéticos y agrarios.
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Apoyo institucional y aclaración de controversias
El respaldo de la Procuraduría fue decisivo en la emisión de la licencia. Según el organismo, la suspensión inicial de las actividades fue arbitraria, ya que no se realizaron las consultas necesarias con los expertos en la materia.
Por su parte, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, había señalado en octubre que la pausa obedecía a un proceso de verificación de responsabilidad, aunque esta decisión generó críticas por su impacto en el avance del proyecto.
Un paso adelante en la seguridad energética
Con esta licencia ambiental, Komodo-1 no solo destraba las labores suspendidas, sino que también se consolida como una apuesta estratégica para el desarrollo energético del país. Además, esta exploración podría abrir nuevas perspectivas sobre el potencial de los recursos en aguas profundas del Caribe colombiano.
El proyecto sigue atrayendo interés internacional, no solo por su ambición técnica, sino también por su posible adquisición por parte de la subsidiaria BlackRock, con la intención de impulsar técnicas innovadoras como el fracking.
Fecha clave para el futuro energético
Con la licencia en mano, el desarrollo del pozo Komodo-1 representa un hito tanto en términos tecnológicos como en el fortalecimiento de la infraestructura energética nacional. La mirada ahora está puesta en los próximos pasos, que definirán el alcance y el impacto de esta histórica iniciativa.
Humberto ‘Toto’ Torres