38.000 espectadores llegaron al estadio Pascual Guerrero para conmemorar un cumpleaños más de la furia escarlata. Previo al inicio del juego, hubo un acto conmemorativo y emotivo, el cual estuvo acompañado por la algarabía de una de las hinchadas más grandes del país.
En lo futbolístico, América contaba con el regreso de su ídolo y referente en ataque, Adrián Ramos, que venía recuperándose los últimos juegos de una lumbalgia mecánica.
Bucaramanga, desde su planteamiento, mostró cuál iba a ser su idea en el terreno de juego. Con un 5-4-1, la prioridad fue defenderse y atacar por medio de las transiciones en una propuesta 100% reactiva.
En el primer tiempo, el equipo Leopardo contuvo la iniciativa escarlata, mostrando un buen posicionamiento y un gran despliegue físico. Sólido y compacto, fue efectivo en la marca y generó bloques defensivos robustos por dentro, por donde América lo intentó en la primera mitad.
Por su parte, los dirigidos por César Farías fueron un equipo plano, sin variedades ofensivas, y su disposición con el balón la mayor parte del juego fue más horizontal que vertical.
En busca de encontrar su nómina titular, Farías intentó con los hermanos Barrios por fuera, Michael y Cristian. Al tornarse un partido tan físico, a los dos les costó mucho el juego por su biotipo. Cardona jugó como interior, recibiendo el apoyo de Quiñones, que en esa doble faceta ofensiva – defensiva es más completo que Alejandro Paz.
Los ataques de América fueron lentos, permitiendo que el bloque defensivo de Bucaramanga se organizara y se hiciera impenetrable. Con el pasar de los minutos, el conjunto escarlata se hizo predecible al no buscar otro recurso como la media distancia, cambios posicionales o fútbol aéreo para hacerle daño a su contrario.
En el segundo tiempo, el marcador no cambiaría, pero sí el trámite del juego. Bucaramanga, sin perder su orden defensivo, intentó buscar un poco más la portería contraria, aprovechando los espacios y ventajas que daba la defensa de América, en el afán de acumular hombres en terreno contrario. Hinestroza y Jhon Córdoba fueron importantes en ese fútbol directo y veloz de Bucaramanga en la segunda mitad, ambos tuvieron una opción de gol, oportunidad que terminarían dilapidando.
Farías cambió sus dos extremos, en busca de darle versatilidad al equipo en ataque, mandó al campo a Valencia y Sarmiento, más allá de desbordes con velocidad, ninguno de los dos pesó en el compromiso.
Posesiones largas, pero sin ningún peligro, centros imprecisos y pases ineficientes de costado a costado caracterizaron el juego de América.
Terminado el juego, Rafael Dudamel destacó el trabajo de sus jugadores, enfatizando que el equipo intentó repetir el planteamiento que hace unas fechas le dio la victoria en la capital ante Independiente Santa Fe.
“Usamos el 3-4-3 o el 5-4-1 dependiendo de las fases del juego, conteniendo a un equipo que se posiciona bien en campo contrario e intentando tener superioridad numérica en campo rival y usando el mismo módulo que nos funcionó ante Santa Fe”, dijo Rafael Dudamel.
Bucaramanga sumó un punto importante que lo mantiene en el grupo de los ocho, mientras América una vez más demostró que le hace falta trabajo, que le cuesta mucho la propuesta elaborativa con posesión y más cuando sus contrarios se le cierran. Ante Envigado el próximo domingo deberá recuperar los puntos perdidos en casa.
Alexander Cortés