El Escarlata sufrió más de la cuenta y terminó logrando la agónica clasificación a los playoffs con un empate ante el peor equipo de la Copa Sudamericana y por un resultado que se dio en Argentina. Juan Fernando Quintero, notoriamente molesto, puso en duda su continuidad terminado el semestre.
América de Cali logró su cometido: seguir vivo en la Copa Sudamericana. Ya sin posibilidades de ser primero y clasificar de manera directa, el equipo dirigido por Jorge ‘Polilla’ Da Silva tenía que hacer lo que parecía fácil: ganarle en casa a un equipo que hasta ayer había perdido todos sus partidos, y esperar lo que parecía más difícil: que Huracán, con nueve suplentes, ya clasificado y pensando en la final del torneo argentino, se impusiera a Corinthians, que dependía de sí mismo. Sin embargo, lejos de ser el partido cómodo que se esperaba, América lo sufrió más de lo previsto, revalidando que los empates ante Corinthians y Huracán no fueron mala suerte, sino falta de eficacia y determinación. Ayer, América sufrió el partido por inconsistencias propias, no por mérito del rival.
Con todas sus figuras a disposición, América salió como se esperaba: a rápidamente inclinar el partido a su favor. Siendo ultraofensivo, encontró rápidamente en Juan Fernando Quintero, Duván Vergara y Jan Lucumí a los hombres que más inquietaron el arco contrario. Sin embargo, a pesar de la inteligencia y precisión de Juanfer, la media distancia parecía el único recurso para hacerle daño al rival. Así terminó el primer tiempo, con un América con absoluto dominio de pelota, con la iniciativa y protagonismo, pero sin la profundidad y eficacia para marcar la diferencia en el marcador.
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Soto se equivoca y América terminó pidiendo tiempo
Para la segunda mitad, el trámite del juego no cambió mucho, quizá en matices. América, completamente desdoblado en ataque, ejerció un trabajo defensa-ataque. Fue más agresivo, lo intentó más individualmente, puntualmente Quintero, que se cansó de probar de media distancia, estrelló una pelota en el palo y sacó figura al golero Lautaro Amadé. Duván Vergara, por afuera, en sus despliegues con velocidad y potencia también lo intentó, mientras Polilla buscó desequilibrar el marcador con el doble nueve Holgado-Ramos.
A medida que avanzaba el reloj, la presión y angustia se apoderaron de América. Una mezcla que puede describirse como impotencia. El gol no aparecía y Soto, en un intento de salir jugando rápido, le dio la única opción de gol al equipo uruguayo, que se fue arriba en el marcador y le dio un golpe casi de nocaut al conjunto Escarlata. América se quedaba afuera, dándosele el resultado en Argentina. El partido se caldeó y se volvió un partido de barrio. América perdió los estribos y salió a buscar como fuera el empate para clasificar, punto de partida para analizar lo ajustada —por no usar la palabra mediocre— clasificación de América, que tiraba restos y pedía tiempo ante el peor equipo de la Copa Sudamericana.
A falta de dos minutos para el final, aparecería uno de tantos remates fuera del área de Quintero. El golero da rebote y llega Pestaña, sin marca, para encontrar la paridad que le daba el lugar en playoffs a América de Cali. Los minutos restantes fueron de algarabía. El banco escarlata pedía el final del partido, mientras el estadio saltaba de alegría por una clasificación a playoffs de la manera más discreta posible, de acuerdo a la nómina e historia que tiene América.
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Juan Fernando Quintero, notablemente insatisfecho, puso en duda su continuidad
Terminado el juego, toda la atención pasó al diez y máxima figura escarlata, Juan Fernando Quintero, quien en medio de un salpicón de emociones no pudo ocultar que ha considerado no continuar en América, pues aunque tenga contrato con el conjunto escarlata hasta 2027, afirmó que, una vez terminado el semestre, decidirá cuál será su futuro, abriéndole la puerta a una salida del club más rápida de lo esperado:
“Yo termino este semestre, ya miraré qué decisión tomar. Lo importante es que clasificamos, tenemos que enfocarnos ahorita en nuestro torneo local y, cuando termine el semestre, personalmente, miraré qué voy a hacer”.
Alexander Cortés