El Partido Alianza Verde atraviesa una etapa de profunda incertidumbre política, marcada por tensiones internas y decisiones aplazadas. Los congresistas Katherine Miranda y Jota Pe Hernández presentaron recientemente una solicitud formal de escisión, argumentando diferencias irreconciliables con la dirección del partido en cuanto a su postura frente al Gobierno Nacional. Esta solicitud se suma a una previa realizada por otros seis congresistas, lo que ha intensificado la crisis interna y ha llevado a la suspensión indefinida de las reuniones de la Dirección Nacional.
En su comunicado, Miranda y Hernández expresaron: “Nos dirigimos a ustedes en nuestra calidad de miembros del Partido Alianza Verde, con el fin de presentar formalmente nuestra solicitud de escisión del partido. Esta decisión ha sido tomada luego de un proceso de reflexión profunda y diálogo interno, teniendo en cuenta que nuestras posiciones políticas y nuestras perspectivas de acción difieren en algunos puntos fundamentales, en específico, con el actuar del Partido frente al Gobierno Nacional”. Estas palabras reflejan un proceso de deliberación que, según los congresistas, no busca confrontación, sino la creación de un espacio político más acorde con sus convicciones.
Los congresistas también destacaron la importancia de la pluralidad de ideas dentro de un movimiento democrático, pero señalaron que “nuestras visiones sobre la independencia frente al Gobierno Nacional han alcanzado un punto de irreconciliabilidad dentro del proceso político”. Este reconocimiento de las diferencias internas pone de manifiesto las dificultades de mantener la cohesión en un partido que se define como diverso y plural.
La decisión de congelar el proceso de ruptura fue aprobada por los copresidentes Antonio Navarro Wolff y Rodrigo Romero, quienes propusieron detener las discusiones mientras se evalúa el impacto de las solicitudes. Este congelamiento refleja no solo la gravedad de la crisis interna, sino también la necesidad de tiempo para buscar soluciones que permitan preservar la unidad del partido o, al menos, gestionar de manera ordenada una posible división.
El trasfondo de esta crisis incluye la influencia del sector afín a la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, que busca consolidar un respaldo político de cara a las elecciones de 2026. Este contexto añade una capa de complejidad al debate interno, ya que la colectividad deberá definir si sus miembros podrán apoyar libremente a un candidato en las próximas elecciones o si deberán alinearse con las decisiones mayoritarias del partido.
En este escenario, el Partido Alianza Verde enfrenta el desafío de equilibrar la diversidad de opiniones con la necesidad de cohesión política. Mientras tanto, el debate sobre la autonomía de los sectores que no están alineados con el presidente Gustavo Petro continúa, dejando en el aire el futuro de una colectividad que se encuentra en un momento crítico de su historia.
Juan Joya