🌐 ASTROLABIO # 298 - VIERNES, 28 DE FEBRERO DEL 2025
Lo hemos dicho desde el primer año y ahora es más imperioso aún.
En 2014, Obama y Biden toleraron la invasión rusa a Crimea.
En 2022, el mismo Biden toleró la invasión rusa al Donbás.
En vez de contener, disuadir e impedir la expansión rusa, la estimularon.
Este patrón de conducta permisiva no era otro que el de la decadencia occidental acelerada.
Y se tradujo en una guerra de desgaste inmoral, sangrienta e inconclusa.
So pretexto de defender ( ¡ extemporáneamente ! ) a Ucrania, muchos se enriquecieron con esa guerra.
El aparato militar industrial afín al permisivo concepto de la legítima defensa tardía llenó sus arcas con el dinero de los contribuyentes norteamericanos y europeos.
De hecho, el presidente Zelenski se fue convirtiendo en el gerente de esa guerra sin punto final.
No se sometió a elecciones, ni a rendición de cuentas, y Occidente en su conjunto quebró los cimientos de un equilibrio de poder que ahora debe ser reconstruido.
Cuando se firmaron los dos acuerdos de Minsk, se pensó que ese equilibrio tan anhelado tras la Guerra Fría sería viable.
Pero luego se ha sabido que solo fueron una argucia de líderes europeos para ganar tiempo frente a Rusia y desatar, mejor posicionados, esa guerra lucrativa.
En cambio un Acuerdo de Minsk # 3 podría instaurar el equilibrio y fijar los límites de las áreas de influencia para un entendimiento responsable entre América y Rusia.
En la práctica, eso significa que, hoy :
Solo Washington y Moscú pueden ser los verdaderos protagonistas de la negociación.
Los europeos tendrán que garantizarse su propia seguridad y aportar en defensa más del 5 % de su PIB si quieren conservar el vínculo transatlántico con los EEUU.
Si Washington liberó a los franceses del Tercer Reich, ahora París y Berlín tendrán que garantizar su supervivencia y la estabilidad en el vecindario.
De tal modo, tendrían que comprometerse a proteger a Ucrania enviando sus propias tropas, porque no estarían bajo la etiqueta de la OTAN.
Y lo harían por su cuenta porque la Alianza, en su conjunto, no tiene por qué verse comprometida en caso de que un manejo irresponsable por parte de alemanes y franceses quisiera verla arrastrada a una confrontación directa con Moscú.
En cambio, la OTAN, liderada por Washington, enfilará sus esfuerzos a limitar el apetito expansionista chino, empezando por el Mar Meridional pero abarcando también a Latinoamérica y el Caribe, dándole sentido a su visión estratégica de 360 grados.
Asimismo, se reconocerá la realidad territorial actual que, infortunadamente, Obama y Biden propiciaron con su desdén deliberado convirtiendo a Kiev en un laboratorio de malas prácticas globales.
Zelenski convocará a elecciones libres, pulcras y supervisadas para entregar el poder a un legítimo sucesor.
Pero antes de marcharse, él mismo se comprometerá a retornar la inversión de los 500 mil millones de dólares canalizados por Biden hacia semejante guerra de desgaste, en vez de haberlos utilizado oportunamente para haber blindado la frontera desde que llegó al poder en 2020.
En consecuencia, el Kremlin cesará sus apoyos a los regímenes anocráticos en Latinoamérica y conminará a Irán a actuar en el mismo sentido tanto allí como en el Mediterráneo Oriental, desmontando voluntariamente su “Eje de la Resistencia”.
Por cierto, es conveniente resaltar que Jerusalén acaba de recibir desde EEUU armamento pesado que había sido bloqueado por Biden y con el que es posible alcanzar fortificaciones bajo tierra, por muy profundas que sean.
A su vez, la Casa Blanca se comprometerá a no intervenir en el ámbito de la Organización para el Tratado de la Seguridad Colectiva liderado por Rusia, y apoyará un entendimiento cordial con Moscú en el continente africano, ahora que, como era de esperarse, París ha perdido la confianza de sus antiguas colonias.
En resumen, un ordenamiento cardinal marcado más por la disuasión que por la coerción ; por el realismo, más que por el legalismo ; y por la contribución certificada, más que por el parasitismo estratégico en el que hasta ahora se había solazado el Estado de bienestar tanto en Europa como en Canadá.
vicentetorrijos.com