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A mucha gente le volvió el alma al cuerpo con la victoria de Lasso.

 ASTROLABIO # 97 / VIE 16 ABRIL 2021

Y en cuanto al Perú, también respiraron con mayor tranquilidad, esperando que pase lo mismo.

Pero la cuestión no es tan simple.

Si se analiza la recomposición del Congreso ecuatoriano, Lasso queda en manos de Pachakutik.

Pachakutik es el poderoso movimiento indígena que más presidentes ha derrocado en la historia de América Latina.

De hecho, su candidato estuvo a punto de pasar a la segunda vuelta, en vez de Lasso.

Y ya empezaron a convocar la «resistencia popular» en las plazas y barriadas.

En el fondo, ellos saben que es más fácil remover del poder a un banquero que a un chavista.

Por eso, muchos votaron a favor de Lasso ; porque aspiran a revocarle el mandato en las calles dentro de dos años.

Cuentan con el acumulado de Lenin Moreno.  Y saben que el “reformismo burgués” ( incluso el que es fruto de la reconversión y el arrepentimiento ) pasa sin pena ni gloria.

En el Perú, la cuestión es aún más preocupante.

La fractura social es monumental : racismo sistémico y asimetría territorial de alta complejidad.

En resumen, en Lima casi nadie votó por el profesor Castillo, ganador de la primera vuelta.

Sus votos provienen del Perú profundo, de la inmensa pobreza alejada de la burbuja capitalina.

Izquierdista de primera línea ( aunque sin nexos aparentes con Maduro ), es el referente de una sociedad desestructurada.

Por ende, es probable que los votantes de Fujimori y los de Soto terminen tolerándose mutuamente tan solo para bloquear a Castillo.

Pero hay una gran masa de indecisos que podría, incluso, superar esta coalición forzosa.

En cualquier caso, Castillo no puede ser entendido tan solo como un advenedizo.

Es la expresión de un problema profundo que no se ha sabido entender ni manejar adecuadamente mientras ha habido tiempo.

Dicho de otro modo, los peruanos estuvieron a punto de vivir un régimen chavista en el 2011, cuando Ollanta Humala llega al poder.

Nadie sabe exactamente por qué cambió el rumbo y se convirtió en medias tintas. 

Pero ellos ya lo vivieron, y no aprendieron la lección ni aprovecharon el compás de espera que les dio la historia.

En definitiva, nada es tan simple como alborozarse con la agónIca victoria de Lasso, ni con la eventual derrota de Castillo.

El verdadero problema es larvado, latente y estructural.  El verdadero problema apenas está comenzando.

Y sobre todo, no puede medirse en función de la coyuntura.  

Por muy cómoda que parezca.

vicentetorrijos.com