En el marco del día mundial de la salud mental, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia de COVID-19 ha tenido un gran impacto en la salud mental de las personas. Algunos grupos como los trabajadores de la salud y otros de primera línea, estudiantes, personas que viven solas y quienes tienen afecciones mentales preexistentes se han visto especialmente afectados y, además, los servicios de atención para los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias se han visto considerablemente interrumpidos.
En el caso específico de Colombia, de las 23 ciudades encuestadas en la Encuesta de Pulso Social, el sentimiento mayormente reportado es el de preocupación o nerviosismo, el cual reporta una disminución del 1,3% entre julio 2020 y junio 2021, seguido por “cansancio” con una disminución de 2,2%, para el mismo periodo de tiempo.
Asimismo, según esta misma encuesta, las mujeres jefas de hogar presentaron un aumento en el sentimiento de preocupación o nerviosismo del 49,5%, de la cuales, en junio, solo un 0.9% reportaron haber buscado ayuda de un profesional (psicólogo o terapeuta), a pesar de que las mujeres tienen más tendencia a buscar ayuda. Además, se registra que las personas de 25 a 54 años son quienes más buscan apoyo profesional.
¿Puede uno mismo ayudar a mejorar su salud mental?
La respuesta es sí, y a continuación se listan algunas recomendaciones
Tener un adecuado descanso para los niños entre 8 y 10 horas.
Evitar estar expuestos a pantallas o luz blanca, especialmente a la hora de dormir, por lo menos una hora antes.
Hacer actividad física dentro o fuera de casa, para incrementar la sensación de tranquilidad.
Tener un hobbie, leer, cocinar, juegos de mesa
Buscar la tranquilidad y romper la barrera que puso la pandemia de salto de la cama al trabajo y del trabajo a la cama
Alimentación saludable
Todo lo que encamine al autocuidado
¿Cuándo acudir a un especialista?
“Cuando se empiezan a notar cambios de comportamiento, si empezamos a sentir que en lo que antes éramos hábiles y ahora no o sentir agotamiento y poco disfrute de lo que antes nos gustaba, se debe prestar atención debido a que son factores de riesgo importantes que pueden llevar al aislamiento y la soledad. El hecho de que una persona que tenía una buena socialización quiera estar sola o encerrada son claves para acudir a una atención. Así mismo, cambios en el sueño, en la capacidad física o también mayor o constante irritabilidad, son alarmas para pensar buscar una ayuda profesional” indica la Dra. Catalina Cortés, psicóloga clínica de Compensar.
Es importante aclarar que en la salud mental influyen diversos factores como el social, el nivel educativo, la discriminación, los duelos, el aislamiento y según datos de la Organización de las Naciones Unidas, el 65% de las personas que tiene problemas de salud mental no reciben tratamiento, por lo que es un tema de salud pública que no se puede descuidar.