La meningitis es una enfermedad mortal que afecta a personas de todas las edades, en todo el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) al año se presentan 5 millones de casos nuevos y 290.000 muertes por esta patología1. Además, conlleva graves consecuencias sanitarias, económicas y sociales, pues recarga los sistemas de salud y genera gastos catastróficos para los hogares y las comunidades. En esa línea, y a fin de erradicar la enfermedad, la OMS presentó esta semana la primera estrategia mundial contra la meningitis, cuya meta es salvar más de 200 mil vidas al año3.
Esta hoja de ruta tiene como objetivo eliminar las epidemias de meningitis bacteriana, la forma más letal de la enfermedad, para el 2030; asimismo, busca reducir las muertes en un 70% y el número de casos a la mitad, disminuyendo significativamente la discapacidad causada por la patología. Muchos casos de meningitis y defunciones conexas son prevenibles mediante vacunación, pero los avances para derrotar esta enfermedad están rezagados con respecto a otras enfermedades prevenibles por vacunación.
En ese sentido, el Dr. Julio Tresierra, pediatra neonatólogo y gerente médico de Sanofi Pasteur, explica que, a escala global, la meningitis bacteriana puede ocasionar epidemias de rápida propagación, causar la muerte en 24 horas, además de dejar a una de cada cinco personas con discapacidades duraderas. Discapacidades como convulsiones, pérdida de audición y visión, alteraciones de la memoria, e incluso, trastornos emocionales.
“La meningitis meningocócica es una infección bacteriana grave de la membrana que rodea el cerebro y la médula espinal. Se transmite de persona a persona a través de gotículas de las secreciones respiratorias o de la garganta”, afirma el Dr. Tresierra.
Existen varias vacunas contra esta patología que protegen de distintos tipos de bacterias, entre ellas la antimeningocócica, la que protege contra el Haemophilus influenzae de tipo B y la antineumocócica2. No obstante, hasta septiembre de 2020, solo cuatro países de las Américas han incluido una vacuna contra el meningococo en sus esquemas de vacunación de rutina: Argentina, Brasil, Chile y Cuba3.
“Muchos casos y defunciones son prevenibles mediante la vacunación, pero la lucha para derrotar la meningitis está rezagada respecto a otras enfermedades inmunoprevenibles. Además, esta situación se agravó con la caída en las tasas de coberturas de inmunización a escala global ocasionadas por la pandemia de la COVID-19”, añade el experto.
Si bien la meningitis afecta a personas de todas las edades, los niños pequeños son los más expuestos, y la mitad de los casos y defunciones se producen en menores de cinco años1. Asimismo, otro de los grupos de riesgo son los adolescentes y en adultos jóvenes, por ello se recomienda la vacunación especialmente en esta población.
En Colombia la vigilancia del comportamiento de la meningitis bacteriana se ha fortalecido, permitiendo desencadenar acciones de intervención en la mayoría de los casos. Sin embargo, se notifican otros agentes bacterianos como Staphylococcus aureus, Streptococcus agalactiae, Listeria monocytogenes, entre otros1.
De hecho, cifras del Instituto Nacional de Salud indican que en Colombia en el Periodo epidemiológico VIII se han registrado 406 casos de la enfermedad. De los cuales, tan solo en la semana 38 del calendario epidemiológico 2021 se han notificado 60 casos de personas infectadas.
Por último, el Dr. Tresierra advierte que, aunque la mayor cantidad de muertes por esta enfermedad se producen en el cinturón de la meningitis del África subsahariana, sigue siendo una amenaza para las Américas. “Actualmente, la verdadera carga de la enfermedad meningocócica es subestimada en la mayoría de los países de la región, por registrar pocos casos. Sin embargo, debe ser considerada como una patología de alto riesgo, tanto por la rapidez con la que evoluciona como por sus consecuencias”, finaliza.