En Bogotá la “basura” se transforma en madera plástica

En una ciudad como Bogotá diariamente se desechan cientos de toneladas de plástico, que están siendo desperdiciadas cuando se entierran en el relleno sanitario de Doña Juana, en donde al día llegan en promedio 6.500 toneladas de residuos orgánicos e inorgánicos de los cuales el 80% se puede aprovechar y reutilizar para continuar con el modelo de economía circular.

El Distrito en cabeza de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos- UAESP con el fin de hacer de Bogotá una ciudad más sostenible que busca reverdecer, cambiar nuestros hábitos de vida y mitigar la crisis climática, construyó el piloto del primer tramo de una ciclorruta con madera plástica, elaborada a partir de 8 toneladas de plástico que se usaron para la elaboración de mobiliario urbano.

Con las ocho toneladas de plástico se fabricaron 175 m2 de piso, una matera con sentadera ergonómica, dos cicloparqueaderos, dos bancas, una caseta con estructura en pórticos, un punto informativo, un punto ecológico con tres contenedores, un pórtico de bienvenida y un sistema antirrobo (anclajes y tornillería).

Bogotá durante este cuatrienio por primera vez en la historia de la ciudad, tendrá el primer Centro Especializado de Aprovechamiento de Plásticos del Distrito, allí se realizará la transformación de los residuos plásticos en madera plástica que se convertirán en sillas, mesas, pisos, jardineras, puntos de carga de celulares entre otros y podrán ser utilizados en un futuro en obras del Instituto de Desarollo Urbano- IDU y en el Corredor Verde de la Séptima.

Este piloto del tramo de la ciclorruta de la calle 13 con carrera 106, tiene como fin determinar el comportamiento de la madera plástica frente a las inclemencias del clima, el tráfico de las personas que transitan por la zona, la resistencia del material e incluso las adversidades que se pueden presentar como el vandalismo.

Por su parte, la madera plástica está compuesta por materiales de polipropileno reciclados, que se pueden encontrar en envolturas de galletas, dulces, papas fritas entre otros a los cuales coloquialmente se les conoce por los recicladores como “Chirrión”, se le llama así porque siempre suena al ser manipulado.

“Este material, hoy en día en la gran mayoría de bodegas de reciclaje, es un material de desecho que termina en el relleno sanitario porque estos plásticos tienen muy poco volumen y muy poca posibilidad de aprovechamiento en el mercado actual; por esto en el Centro Especializado de Aprovechamiento de Plásticos del Distrito se tendrá una línea completa de aprovechamiento de este tipo de polietileno”.Comentó, Andrés López experto en aprovechamiento de la UAESP y gestor del Piloto de Mobiliario Urbano.

Bogotá ha sido la única ciudad en donde sus recicladores de oficio han llevado un proceso de fortalecimiento que los han conducido a producir bienes sostenibles a través de la innovación y el desarrollo de nuevas economías. La Capital del país le apostará a qué decenas de organizaciones de recicladores  puedan convertir sus residuos plásticos en nuevos productos para el mobiliario de la ciudad.