La complejidad, la incertidumbre y la fragilidad fueron las coordenadas que la Comisión internacional para el futuro de la educación de la Unesco marcó en su documento “La educación en el mundo Post-COVID”, como los tres puntos de partida para educar en un mundo que ya nunca será el mismo. Para los maestros estas coordenadas significan salir del mundo de las certezas, estar abiertos a versiones diversas de futuro, mirar cuidadosamente los aspectos de la formación y de lo académico para identificar los nuevos caminos de su práctica docente. Los maestros tienen ahora que identificar las fuentes del cambio en las aulas escolares y en los contextos dónde se mueven hoy los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Buscando visibilizar el importante rol que tienen los maestros en nuestra sociedad, pedagogos del Colegio Hacienda Los Alcaparros comparten cinco características claves de un profesor que acompaña a sus estudiantes en el desarrollo de su máximo potencial, en el logro de sus metas y en el encuentro de su propio camino.
Construye conocimiento con su estudiante
Un maestro debe estar dispuesto a desaprender y volver a aprender. Comprende que los cambios significativos ocurren cuando él abre la posibilidad de retomar un conocimiento y reconstruirlo tantas veces sea necesario hasta que tenga sentido para los estudiantes.
Tiene la capacidad de ponerse en los zapatos de su estudiante
La empatía es la capacidad del docente de entender, visualizar y compartir el estado emocional de sus estudiantes, lo que resulta fundamental a la hora de establecer la relación maestro – alumno.
Reconoce el valor del lenguaje en la comunicación que enseña
La herramienta principal de la docencia es lo que se dice y cómo se dice. Un profesor debe tener la habilidad verbal suficiente para expresarse no sólo correctamente, sino de distintas maneras en caso de que requiera modificar el abordaje de un tema específico.
Disposición al cambio y a la novedad
Hay que estar dispuestos al cambio y a asimilar las nuevas tecnologías. Se trata de perder el miedo a aventurarse, creer en las posibilidades de la innovación y aportar en la construcción de nuevos parámetros educativos que involucran también los entornos humanos.
Ser creativo
Incorporar una dinámica de pensamiento, que debe contemplar aspectos fundamentales dentro del aula como la creatividad, la originalidad y la capacidad de reflexión, por encima de la memorización de los datos o hechos.
Los retos actuales no solo giran en torno al amplio conocimiento de la asignatura que se imparte, a su vez están relacionados con las habilidades que desarrolla el docente para motivar el interés dentro del aula, fomentar los procesos de aprendizaje de los estudiantes y ayudarlos a ser mejores personas.
Los docentes que construyen conocimiento, que se ponen en los zapatos del otro, reconocen el valor del lenguaje, presentan disposición al cambio y son creativos, se enfrentan cada día a la aventura de enseñar, tienen la responsabilidad de guiar a seres humanos en formación y son los depositarios de uno de los mayores tesoros de la humanidad: el saber.