En una votación histórica, los chilenos aprobaron por una amplia mayoría la reforma a su Constitución Política por una nueva y así dejar a un lado la carta magna del dictador Augusto Pinochet que los rigió por muchos años.
Mauricio Jaramillo profesor de la Universidad del Rosario y experto en asuntos internacionales, explicó que esto significa una nueva democracia en la política chilena, se desmonta la idea que la transición de la política de Chile desde los años 80 fue perfecta.
“Chile como sabemos se convirtió en una especie de paradigma democrático, pero en el último tiempo a raíz de las protestas que iniciaron el año pasado, vimos que esa transición exitosa desde el punto de vista político había grandes pasivos, me parece que el resultado de ayer muestra cómo los chilenos quieren atacar esos pasivos y corregir deudas de la incompleta transición chilena” indicó Jaramillo.
Por su parte, el experto en asuntos internacionales aseguró que en los años 80 cuando se aprobó la llamada Constitución de Pinochet, esta tenía inclusiones muy incompatibles con la democracia “por ejemplo se prohibía el marxismo como ideología, se les daba a los militares un poder importantísimo, había una especie de consejo de seguridad que emitían lineamientos que los presidentes tenían que seguir”.
A través de reformas constitucionales, se fueron desmontando muchas cosas que eran incompatibles, aseguró Jaramillo en diálogo con Colmundo. Pero indicó, que el modelo especialmente el económico siguió siendo en Chile el instalado en los 80 por Augusto Pinochet.
“También es una democracia sin mucha participación popular, por ejemplo, en países de la región como: Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, se dieron reformas constitucionales que fortalecieron la participación, mientras que Chile se quedó rezagado por un modelo de constitución de un gobierno autoritario” indicó el catedrático invitado.
Además, explicó que los votantes tenían varias opciones, la primera era votar por el no y dejar la Constitución como está, la segunda era votar sí y que la redacción quedará a cargo del senado actual o votar sí y que la carta magna fuese redactada por una nueva asamblea constituyente.
“Lo primero me imaginó es que en el 2021 se convoquen a estos asambleístas constituyentes y diputados de la constitución, que conformen esa asamblea, luego que se den esas elecciones, ese grupo colegiado debe redactar la constitución y después se votará si están de acuerdo con esa redacción” ilustró Jaramillo.