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ESCUCHE MÁS, HABLE MENOS.

Por: John Didier Rodríguez

A veces pensamos que tenemos muchos amigos pero a la hora de la verdad son muy pocas las personas que podemos ubicar en esa condición porque quizás ese es un rol que demanda mucha solidaridad y transparencia que pocos están dispuestos a garantizar en una relación.

Celebramos en Septiembre el mes del amor y de la amistad pero más allá de servir como una fecha comercial para darle impulso a las ventas, debe servir para que revisemos por qué se convierte en una misión imposible encontrar amigos de verdad.

El valor de un amigo es tal que la Palabra de Dios lo eleva al nivel de un hermano como se puede observar en Proverbios 17:17 cuando dice “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia”.

Pero infortunadamente muchas veces desechamos a  algunas personas como amigas porque sentimos que no han sido sinceras y honestas con nosotros y se pierden con facilidad amistades por la falta de rectitud en las personas.

Cuántas veces han hablado mal de nosotros, cuántas veces por no pagarnos un dinero las personas se alejan de nosotros, cuántas veces la envidia de lo  que somos o tenemos llevan a quienes están cerca de nosotros a ponerse en nuestra contra.

Así las cosas, nos equivocamos cuando decimos mentiras o incluso pueden ser verdades que lastiman a las personas porque sencillamente no estamos llamados a juzgar, a señalar, ni a cuestionar a nadie, puesto que es algo que sólo le corresponde a Dios.

En el libro del Amor, el Señor es claro en advertirnos que cuando hablamos de más, somos propensos a causarle daño a la otra persona. Por ejemplo, en Santiago 3:8  dice: “pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal”.

Muchos se alejan de nosotros y pierden su deseo de compartir con uno porque somos sorprendidos hablando mal de ellos. Qué bueno sería que si no tenemos nada bueno que decir de otra persona mejor nos abstuviéramos de emitir conceptos porque el Señor no quiere que nos convirtamos en jueces. 

El Señor Jesucristo en Juan 8:7 dictó una máxima que ojalá la tuviéramos presente cada que nos enfrentemos a la necesidad de abrir nuestra boca para señalar a otra persona: “Y, como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: —Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

Eso en cuanto a lo que se diga que sea verdad, pero que tal cuando lo que se afirma no es cierto sino que son cosas inventadas para hacerle daño a otra persona violando uno de los mandamientos más comunes infringidos por el hombre como es la mentira. En Éxodo 20:16 es claro el llamado que nos hace El Eterno: “No darás falso testimonio contra tu prójimo”.

Es frecuente en los ambientes familiares, laborales y de amigos ver el chisme, la mentira, el juzgar, y también las personas que a punta de cizaña quieren ganar puntos o abrirse espacio en la vida olvidando que con la vara que mides serás medido. 

Por qué será esa cultura de pedir prestado y no pagar, cuando tener esta costumbre trae ruina para las personas. Con esos hábitos no se permite que llegue la bendición de Dios sobre nuestra vida. En Romanos 13:8 Dios nos invita a estar a paz y salvo con todos “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”.

Es mejor evitar el rol de lleva y trae porque con eso estamos alimentando enemistades y no estamos cuidando el corazón de las personas. Hay a quienes les encanta hablar de más, cuando en realidad tenemos dos oídos  y una sola boca, queriendo seguramente Dios, que estemos dispuestos a escuchar más y hablar menos.

Así que todos estos errores, son en los que incurrimos, y los que nos llevan a que sea difícil tener verdaderos amigos. Es más, muchas veces pensamos que tenemos muchos amigos pero la verdad, cuando se acaba el dinero, se acaban los amigos, porque seguramente es una amistad por conveniencia.  Ser amigo implica fidelidad como incluso el mismo señor Jesús nos dice en Juan 15:14 “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”.

Hasta aquí mi columna de opinión para esta semana. Si te gustó suscríbete a mi canal, dale clic a la campanita y compártela con tus amigos. Dios les bendiga  rica y abundantemente.