El presidente Gustavo Petro confirmó que solicitó formalmente a Estados Unidos el apoyo de sus organismos secretos para avanzar en la investigación del atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien se encuentra en estado crítico en la Fundación Santa Fe de Bogotá. La petición se basa en un hallazgo clave: el arma utilizada por el sicario fue comprada en Arizona, EE.UU., y habría ingresado a Colombia de manera irregular.
“He pedido a través de la embajada de EE.UU. que los organismos secretos de ese país ayuden a profundidad en la investigación del intento de asesinato del senador Uribe Turbay. El arma del sicario fue comprada en Arizona, Estados Unidos, y pasó por la Florida”, reveló Petro en su cuenta de X (antes Twitter).
Las autoridades colombianas, en conjunto con la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de EE.UU., lograron rastrear el origen de la pistola Glock calibre 9 milímetros empleada en el ataque. Según el diario El Tiempo, el arma fue adquirida legalmente el 6 de agosto de 2020 en Arizona por Charles Joe Anderson, a través del distribuidor Aji Port. Sin embargo, no hay registro de su ingreso legal a Colombia, lo que sugiere que llegó al país por vías ilícitas.
Este descubrimiento ha ampliado las hipótesis sobre una posible red criminal transnacional detrás del atentado. Además, se reveló que el sicario, un menor de 15 años, habría recibido un pago mediante una plataforma digital, método común en crímenes organizados.
Petro anunció que liderará un consejo extraordinario de seguridad en Cali, ante la sospecha de que los recientes ataques en el Cauca y Valle del Cauca podrían estar conectados con el atentado contra Uribe Turbay. El ministro del Interior, Armando Benedetti, respaldó esta línea de investigación: “Hay hipótesis que indican que los atentados de esta mañana pueden estar relacionados con el ataque a Miguel Uribe Turbay”.
Benedetti calificó los hechos como “actos cobardes”, dirigidos a sembrar terror: “Los actos terroristas son cobardes, a mansalva y contra la población civil, cuyo objetivo es infundir temor”.
La Fiscalía General y la Policía Nacional trabajan en coordinación con las agencias estadounidenses para rastrear la red de intermediarios vinculados al arma y desarticular a los responsables intelectuales. Mientras tanto, el país sigue atento al estado de salud de Uribe Turbay y a los avances de una investigación que ha tomado dimensiones internacionales.
Con la participación de EE.UU., el Gobierno colombiano espera acelerar el esclarecimiento de un caso que, lejos de ser un crimen aislado, podría develar una estructura delictiva mucho más compleja.
Humberto ‘Toto’ Torres