¿Debe el Gobierno seguir negociando con esta guerrilla mientras aumentan sus ataques en el país?
El concepto de ‘amor eficaz’, desarrollado por el sacerdote y sociólogo Camilo Torres Restrepo, ha sido retomado por el presidente Gustavo Petro en el marco de su propuesta de paz con el Ejército de Liberación Nacional. Durante su audiencia privada con el papa León XIV, el mandatario planteó la posibilidad de que el Vaticano sea la sede de una nueva fase de negociaciones con este grupo armado al margen de la ley, argumentando que este espacio podría servir para recordar los principios revolucionarios que, según él, el ELN ha abandonado.
El ‘amor eficaz’, según Camilo Torres, es una forma de compromiso social que trasciende la caridad tradicional y busca transformar las condiciones de vida de los más pobres mediante la acción política y revolucionaria. Torres, quien fue sacerdote y posteriormente militante del ELN, defendía la idea de que el amor al prójimo debía traducirse en cambios estructurales que garantizaran justicia social. Para él, la lucha armada era una vía legítima para alcanzar estos objetivos, lo que lo llevó a integrarse a la guerrilla en la década de 1960. Petro, al referirse al ‘amor eficaz’, intenta establecer un paralelo entre la visión de Torres y la posibilidad de que el ELN retome sus principios originales. Sin embargo, el mandatario también ha criticado duramente a la guerrilla, señalando que ha dejado de lado sus ideales revolucionarios y ha caído en prácticas violentas que afectan a los campesinos del Catatumbo.
https://twitter.com/infopresidencia/status/1924454662825992314
La propuesta de Petro de llevar los diálogos de paz al Vaticano responde a su intención de darle un nuevo enfoque a las negociaciones con el ELN. Según el presidente, este espacio podría servir para recordar los valores de justicia social y compromiso con los más vulnerables, alejando a la guerrilla de la influencia del narcotráfico. Sin embargo, la idea de que el Vaticano pueda ser un escenario neutral para el diálogo ha generado escepticismo. Mientras algunos sectores ven en esta propuesta una oportunidad para avanzar en la paz, otros consideran que el ELN ha demostrado en repetidas ocasiones su falta de voluntad para abandonar la violencia.
A pesar de los intentos de Petro por retomar las negociaciones, la realidad en el terreno muestra que el ELN sigue expandiendo su influencia y fortaleciendo su capacidad operativa. En regiones como el Catatumbo y el Chocó, la guerrilla ha incrementado sus ataques y mantiene un control territorial significativo, lo que pone en duda su compromiso con la paz. El Gobierno ha insistido en la política de paz total, pero los resultados han sido cuestionados por diversos sectores. La falta de avances concretos y el fortalecimiento de grupos armados han generado críticas sobre la efectividad de la estrategia. Mientras el presidente Petro apuesta por el diálogo, el ELN continúa operando con mayor alcance en el país, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad de una negociación realista.
La propuesta de Petro de utilizar el ‘amor eficaz’ como principio rector de las negociaciones con el ELN puede ser vista como un intento de rescatar los ideales revolucionarios de Camilo Torres. Sin embargo, la realidad demuestra que la guerrilla ha evolucionado hacia un modelo de crimen organizado que difícilmente se alineará con los valores de justicia social que el presidente busca reivindicar. La insistencia en el diálogo, sin garantías de desmovilización efectiva, podría terminar fortaleciendo a un grupo que ha demostrado su capacidad de adaptación y expansión en el país. La estrategia del Ejecutivo, aunque bien intencionada, enfrenta el desafío de negociar con una guerrilla que ha demostrado que su prioridad no es la paz, sino la consolidación de su poder territorial y económico.
Juan Joya