¿Cómo garantizar el respeto por los derechos de los indígenas sin que se afecte la infraestructura urbana de la ciudad?
Desde las 4:00 a.m. de este lunes, alrededor de 300 miembros de la comunidad indígena Emberá, entre ellos 80 niños, intentaron instalarse nuevamente en el Parque Nacional, en el centro de Bogotá. La ocupación ocurrió luego de que varios grupos abandonaran la Unidad de Protección Integral (UPI) La Rioja, donde han estado alojados tras acuerdos alcanzados con el Distrito. La Secretaría de Gobierno de Bogotá confirmó la presencia de los indígenas en el parque y explicó que equipos de la Administración Distrital han estado en el lugar desde la madrugada, tratando de entablar un diálogo con la comunidad. Sin embargo, las autoridades han señalado que los Emberá han mostrado resistencia ante las negociaciones y mantienen su intención de permanecer en el sitio.
El Distrito ha reiterado que no está permitido establecer asentamientos en el Parque Nacional y continúa explorando alternativas para garantizar los derechos de la comunidad. Funcionarios de las direcciones de Asuntos Étnicos, Diálogo Social y Derechos Humanos han estado presentes en la zona, facilitando conversaciones interculturales y buscando soluciones que eviten una ocupación prolongada. A finales de 2024, se logró un acuerdo con los indígenas que habían permanecido en el parque por meses, lo que permitió recuperar el espacio y abrirlo nuevamente al público en diciembre. Sin embargo, en 2025, ya se han registrado dos intentos de ocupación, lo que ha generado inquietud entre las autoridades locales.
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Actualmente, el Distrito mantiene conversaciones con los líderes de la comunidad para encontrar una solución que atienda sus necesidades sin afectar el uso del espacio público. Mientras estas negociaciones avanzan, la presencia de los Emberá en el parque sigue afectando la movilidad y la dinámica urbana de la zona. La Alcaldía de Bogotá ha reiterado su compromiso de velar por los derechos de la comunidad, pero ha enfatizado que el Parque Nacional debe permanecer como un espacio accesible para toda la ciudadanía.
Las manifestaciones de la comunidad Emberá han generado un impacto en la movilidad, especialmente en los corredores viales cercanos al Parque Nacional. Desde tempranas horas, el sistema de transporte público TransMilenio ha implementado desvíos en sus rutas duales y zonales, afectando a miles de usuarios. Vías principales como la Carrera Séptima, la Avenida Caracas y la Carrera Décima han registrado bloqueos intermitentes, lo que ha provocado una fuerte congestión vehicular y retrasos en el tránsito por el centro de la ciudad.
Ante esta situación, las autoridades han desplegado equipos de monitoreo y gestión vial para mitigar el impacto de la protesta, pero la alteración del flujo vehicular sigue generando complicaciones en el tráfico y en la operación del transporte público. Mientras continúan los diálogos entre el Distrito y la comunidad indígena, los bogotanos enfrentan dificultades para desplazarse en una jornada marcada por interrupciones en el tránsito y la incertidumbre sobre la duración de la ocupación.
Recordemos que la ocupación del Parque Nacional por parte de la comunidad Emberá no es un hecho aislado, sino un fenómeno que se ha repetido en Bogotá en los últimos años. Desde 2021, cientos de indígenas han llegado a la capital huyendo de la violencia en sus territorios y en busca de mejores oportunidades. En varias ocasiones han instalado campamentos en el parque, lo que ha generado tensiones con las autoridades distritales, que han intentado reubicarlos en espacios adecuados.
A finales de 2024, el Distrito logró acuerdos para el traslado de las familias asentadas en el lugar, permitiendo la recuperación del parque y su reapertura en diciembre. No obstante, los intentos recientes de ocupación demuestran que el problema persiste y que es necesario adoptar medidas estructurales que garanticen una solución integral, respetando los derechos de la comunidad sin comprometer el acceso al espacio público.
Juan Joya