En un giro estratégico en el conflicto con Hamás, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció este lunes que su país “tomará el control” de toda la Franja de Gaza y actuará para evitar una hambruna en el territorio palestino, aunque solo “por razones diplomáticas”, para no perder apoyo internacional en su ofensiva militar.
En un video difundido en Telegram, Netanyahu aseguró que las tropas israelíes avanzan en su operación militar, que incluirá la “conquista” completa de Gaza, según el plan aprobado a inicios de mayo por el gabinete de seguridad israelí.
“No vamos a ceder. Pero para tener éxito, tenemos que actuar para que no nos detengan”, declaró, refiriéndose a la decisión de permitir una entrada limitada de ayuda humanitaria para paliar la crisis alimentaria.
“No debemos dejar que la población caiga en la hambruna, ni por razones prácticas, ni por razones diplomáticas”, agregó, admitiendo que “los amigos” de Israel le advirtieron que no podrán seguir apoyando la guerra si persisten las “imágenes de hambruna masiva”.
El anuncio llega en medio de una intensificación de los ataques israelíes en Gaza. El ejército informó que, solo el domingo, su aviación golpeó más de 160 “objetivos terroristas”, incluyendo túneles subterráneos y puestos de lanzamiento de misiles.
Mientras tanto, rescatistas gazatíes reportaron al menos 22 muertos en los últimos bombardeos. La ONU y organizaciones humanitarias llevan meses alertando sobre la escasez crítica de alimentos, agua y medicinas debido al bloqueo impuesto por Israel desde marzo.
La comunidad internacional incrementó sus críticas:
Aunque Hamás e Israel mantienen conversaciones indirectas en Catar —mediadas por Egipto y EE.UU.—, los esfuerzos por un alto al fuego han sido infructuosos. La última tregua, en marzo, duró solo dos meses antes de que Israel reanudara su ofensiva.
Netanyahu aseguró estar abierto a un acuerdo, pero bajo condiciones inaceptables para Hamás: el “exilio” de sus líderes y el “desarme total” de Gaza. Mientras, el Ministerio de Salud gazatí reporta ya más de 53.339 muertos desde octubre, cifras que la ONU considera fiables.
Con la guerra lejos de terminar, la pregunta ahora es si la presión diplomática logrará frenar una catástrofe humanitaria sin detener la maquinaria bélica israelí.
Humberto ‘Toto’ Torres