Bahía aprovechó el desorden y las desatenciones de la zaga defensiva de Nacional y lo dejó tambaleando en el grupo.
Una difícil derrota sufrió Atlético Nacional en el Arena Fonte Nova, teniendo en cuenta que venía de perder en Porto Alegre y que le urgía sumar. Caer no solamente representa un golpe anímico al plantel, sino que, para sorpresa de algunos antes del inicio de la Copa, podría poner en riesgo su clasificación. Ahora, Nacional tendrá el duro reto de vencer a los dos clubes brasileños en casa y depender de otros resultados para no tener que ir a ganar a Montevideo.
La disposición de Nacional fue distinta a todo lo que se había visto en la era Juárez y Gandolfi. Nacional, un equipo ultraofensivo, jugó sin sus dos figuras y salió a controlar y defenderse, algo inusual, pero no descabellado teniendo presente que jugaba en Brasil. Seguramente Gandolfi y su cuerpo técnico aprendieron de la goleada 3-0 ante Inter. Sin embargo, Nacional fue perdiendo el hilo a medida que avanzaba el reloj, se desdobló y volvió a exponer la cantidad de problemas defensivos que se sumaban a la ausencia de jugadores determinantes.
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Gandolfi cambia el esquema y deja por fuera a Cardona
Desde el arranque, el estratega argentino sorprendió, pues cambió el tradicional esquema táctico a un 4-5-1, dejando por fuera de la nómina titular a Cardona para incluir a un tercer volante de marca como Elkin Rivero. Asimismo, utilizó a Asprilla y Sarmiento como extremos, dos jugadores normalmente suplentes en el conjunto verdolaga.
Parecía una propuesta acertada si la prioridad era sumar en Brasil, y por momentos, más que nada en el primer tiempo, le iba saliendo. Nacional, ordenado, compacto, fuerte en los duelos y sin arriesgar ni descomponer la estructura, no sufrió en la primera mitad. Sin embargo, por momentos ya empezaba a evidenciar movimientos que Bahía supo leer muy bien en la segunda parte: regresos lentos, achiques desincronizados que abrían espacios y movimientos zonales recostados a un solo sector del campo.
La segunda mitad fue mejor trabajada por el Tricolor de Acero, que le cedió un poco más la pelota a Nacional. Ya no intentó generar tanto, sino que fue un equipo que permitió que Nacional saliera y lo contraatacó por medio de transiciones y juego directo. El Verdolaga, sin Cardona en cancha, sintió el peso de asumir la responsabilidad del partido con la pelota, pues no tenía quién liderara y gestionara. Por ende, no generó, pero sí se expuso y abrió grietas defensivas que Bahía supo aprovechar.
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Willian José marca y Nacional reacciona, pero no le alcanza
Ya con Edwin Cardona en cancha, el equipo se descompuso. Cardona no marca, flota, pero no sostiene un posicionamiento. El mediocampo fue más permisivo, y en la propuesta de Bahía, el Tricolor de Acero encontró espacios ante un Nacional que no pudo sostener con la misma intensidad las líneas de presión. A eso se sumaron retrocesos desordenados.
Empezó a perder el equilibrio para defender en las transiciones. En una de esas jugadas llegaría el gol, el cual expone claramente a un jugador que había sido de los más destacados: William Tesillo, quien, en el afán y la pasividad de Matheus Uribe, se sale de su zona, achica y abre un cráter por donde, muy inteligentemente, Bahía filtra la pelota para encontrar solo y con la pelota picando a Willian José, que de volea marca y le da un golpe a Nacional.
Los minutos posteriores fueron de completo protagonismo verdolaga, que fue a buscar el empate, intentó por dentro y por fuera, pero, como durante todo el partido, le faltó peso en el último tercio de la cancha. Allí Marino hizo mucha falta y los laterales, que en algún punto de la temporada anterior fueron una solución, ahora pasan desapercibidos en ataque.
Polémico gol anulado a Dairon Asprilla
Al minuto 85 se generaría la gran polémica de la noche y otra vez el perjudicado sería Nacional. Dairon Asprilla, de cabeza, anotó el empate luego de un centro proveniente del costado izquierdo. La jugada fue invalidada de inmediato por el central paraguayo Mario Díaz de Vivar. El colegiado, lleno de dudas, pitó una acción que abre el debate, pues el toque del jugador de Nacional no desequilibra al defensor y el gol proviene de una segunda acción.
Dairon Asprilla, autor del tanto, antes de que el centro fuera dirigido, toca ligeramente al central Ramos. Este, en ningún momento, cae o pierde el equilibrio. El árbitro tampoco vio falta. La jugada continúa, viene el centro, el defensor marca erradamente por delante y no por detrás, lo sobra la pelota y el jugador de Bahía se deja caer. Asprilla, sin marca, impacta y marca. El árbitro decide retrotraer la jugada y anular el gol, con la peculiar cuestión de que ni siquiera fue al VAR a revisarla.
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Inmediatamente, la jugada se hizo viral y aparecieron comentarios de analistas y expertos, como el de la cuenta El VAR: “El toque en la espalda parece pequeño como para anular un gol”.
El reconocido periodista Carlos Antonio Vélez expuso en su cuenta de X: “Gol legítimo, el que le quitaron a Nacional. Ese ‘empujón’ es propio del juego de contacto y sin intensidad suficiente”.
Para el central, que no quiso revisar la jugada, fue una acción para anular, perjudicando directamente al visitante, al que el empate le convenía.
La derrota deja a Nacional tercero del grupo, con 3 puntos, a 2 de Inter y a 4 de Bahía, que lidera la zona. Por ahora, está en puesto de Sudamericana y con un margen de error cada vez menor.
Alexander Cortes