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Nueva normativa en Colombia podría afectar comercio automotriz con EE.UU.

¿Qué alternativas podrían implementar ambos países para superar las tensiones sin afectar sus relaciones comerciales?

El comercio automotriz entre Colombia y Estados Unidos atraviesa uno de sus momentos más tensos debido a la advertencia del Gobierno estadounidense de suspender la exportación de vehículos hacia el país o. La disputa se originó por la implementación de una nueva regulación colombiana que exige estándares técnicos alineados con los de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en lugar de aceptar las certificaciones propias de Estados Unidos.

Esta  advertencia habría sido enviada en una carta dirigida a la ministra encargada de Comercio, Cielo Rusinque, firmada por Jamieson Greer, representante de la Oficina de Comercio de Estados Unidos. En esta comunicación, se destaca que la nueva normativa colombiana podría poner en riesgo exportaciones anuales valoradas en más de 700 millones de dólares. Greer afirmó: “Tengo entendido que una serie de normas de seguridad automotriz que Colombia se dispone a poner en práctica, pondrán en peligro cerca de 700 millones de dólares en exportaciones anuales de automóviles de Estados Unidos”.

Entre los argumentos expuestos por Washington, se señaló que la modificación de los requisitos, sin evidencias de que los métodos actuales no cumplen con los objetivos, “constituye una práctica comercial desleal que podría dar lugar a fuertes medidas coercitivas por parte de Estados Unidos”. Además, Greer agregó que la decisión de Colombia afectaría las ventas de automóviles en el país, impactaría empleos de mantenimiento y elevaría los costos para los consumidores locales, limitando el acceso a vehículos “más modernos y más seguros”.

Por su parte, el Gobierno colombiano ha defendido la normativa como un esfuerzo por adoptar estándares internacionales. La ministra Rusinque explicó que “la intención es alinear las regulaciones del país con normas globales que beneficien la seguridad pública”. No obstante, ha manifestado disposición para entablar diálogos que permitan mitigar el impacto de posibles sanciones comerciales.

En el marco de esta tensión, el índice Cesvi de Repuestos reflejó que tres cuartas partes de los repuestos consumidos en Colombia son de origen extranjero. A pesar de un aumento del 0,8 % en enero de 2025 en el costo de dichos productos, la variación del índice ponderado se ha mantenido estable. Este comportamiento se alinea con el Índice de Precios al Consumidor, lo que podría agravar las repercusiones comerciales si se suspenden las importaciones de vehículos y autopartes estadounidenses.

El panorama se torna más complejo con la imposición reciente de un arancel del 10 % a ciertos productos colombianos por parte del Gobierno de Estados Unidos. Ante este escenario, la ministra Rusinque expresó: “Colombia está dispuesta a considerar todos los escenarios posibles, incluyendo eventuales medidas recíprocas que permitan proteger los intereses comerciales del país”. En este sentido, el Gobierno colombiano estudia estrategias para diversificar la matriz exportadora y reducir la dependencia histórica del mercado estadounidense.

La ministra encargada, también lamentó que se empleen canales no institucionales como las filtraciones de documentos para ejercer presión sobre el proceso de negociación. “Nos parece muy delicado que se siga con esa tónica de aventurarse a prever escenarios cuando apenas estamos iniciando conversaciones formales”, afirmó.En medio de la creciente tensión, ambos países buscarán, a través del diálogo, encontrar una solución que equilibre sus intereses y preserve los lazos comerciales estratégicos que han mantenido durante años.

Juan Joya