El presidente Gustavo Petro respondió al anuncio del gobierno de Donald Trump sobre la imposición de aranceles del 10% a las importaciones colombianas, planteando una visión que combina alerta con oportunidad para reorientar la economía nacional.
En declaraciones contundentes, el mandatario expuso su análisis:
“Latinoamérica, incluida Colombia, se beneficia con la política de Trump sobre aranceles, en primera instancia. Las producciones agroindustriales y semiindustriales de países fuera de Latinoamérica se encarecen en mercados estadounidenses. Si producimos esos bienes más baratos, es hora de exportar allí”.
Sin embargo, advirtió que este escenario exige reformas internas:
“Colombia ganaría si el empresariado ayuda a bajar tarifas de energía y si el Banco de la República baja intereses para reducir costos financieros”, afirmó, criticando lo que llamó “la secta” de la junta directiva del emisor.
El presidente delineó una hoja de ruta basada en:
La canciller Laura Sarabia anunció acciones concretas:
“El arancel a Colombia está entre los más bajos anunciados. Esto nos permite optimizar nuestras exportaciones”, señaló, destacando que la medida afecta a múltiples países.
Según Andrés Pardo (XP Investments): 30% de exportaciones colombianas van a EE.UU. (US$14.300 millones)
3.5% del PIB nacional en riesgo
Sectores críticos:
“Colombia será la más afectada en la región. Solo el oro está exento”, precisó el analista.
Mientras el gobierno insiste en convertir la crisis en oportunidad para reindustrialización, Analdex ya calificó la noticia como “mala en general”. El verdadero test comenzará en los próximos meses, cuando se midan los efectos concretos sobre: Balanza comercial
Empleo sectorial
Precios internos
El dilema colombiano: ¿logrará transformar esta presión externa en un salto productivo como sugiere Petro, o terminará pagando los platos rotos de una guerra comercial ajena? El tiempo lo dirá.
Humberto ‘Toto’ Torres