La 97ª edición de los Premios Óscar dejó una clara marca de sorpresa y reconocimiento, destacando a la película Anora, que se alzó como la gran ganadora de la noche. Con un total de cinco premios, incluyendo los galardones a mejor película, actriz protagonista, dirección, guion original y montaje, Anora consolidó su dominio sobre la competencia. La película, dirigida por Sean Baker, narra la historia de una stripper estadounidense que se casa con el hijo de un oligarca ruso, un relato que atrajo la atención tanto por su contenido como por la forma en que fue producido, con un presupuesto inferior a los 30 millones de dólares.
Mikey Madison, la actriz principal de Anora, sorprendió al llevarse el Óscar a mejor actriz, un premio que parecía reservado para la favorita Demi Moore (The Substance). En su discurso, tanto Baker como Madison aprovecharon la ocasión para honrar a las trabajadoras sexuales y reivindicar el cine independiente, recordando que muchas de las producciones más destacadas de la noche, incluyendo The Brutalist, también se realizaron con presupuestos limitados en comparación con las grandes producciones de Hollywood.
La película de The Brutalist, dirigida por Brady Corbet, no se quedó atrás y cosechó tres premios, incluyendo el segundo Óscar de su carrera para Adrien Brody como mejor actor, además de los galardones a mejor fotografía y mejor banda sonora.
Por otro lado, Emilia Pérez, la película más nominada de la noche, se vio sumida en la controversia, particularmente después de la revelación de viejos mensajes homófobos y racistas de la actriz Karla Sofía Gascón, quien interpreta el papel principal. Aunque Emilia Pérez consiguió un Óscar a la mejor canción original por su tema El mal, no logró llevarse el premio a mejor película internacional, que fue para el drama brasileño I’m Still Here, una derrota inesperada para la película que había marcado un hito como la más nominada en la historia de los Óscar en la categoría de habla no inglesa.
A pesar de las dificultades, la actriz dominicana Zoe Saldaña no sufrió los embates de la controversia y se alzó con el galardón a mejor actriz de reparto, tras un exitoso recorrido por otros premios como el BAFTA y el Globo de Oro. Otro de los momentos esperados se cumplió con Kieran Culkin, quien se coronó como mejor actor de reparto por su papel en A Real Pain.
En cuanto a los documentales, No Other Land, una producción palestina que luchó por visibilidad, logró llevarse el Óscar a mejor documental, dejando claro que las producciones más pequeñas también tienen cabida en la premiación más importante del cine mundial. Asimismo, Flow, una película de animación letona, sorprendió al ganar el Óscar a mejor película de animación, derrotando a los grandes favoritos de Disney Inside Out 2 y Wild Robot.
La noche también estuvo marcada por premios a la excelencia técnica, con Wicked llevándose dos premios por diseño de producción y vestuario, y Dune: Part Two logrando las estatuillas por mejor sonido y efectos especiales. The Substance consiguió un único premio, el de mejor maquillaje y peluquería.
La gala, que comenzó con un homenaje a Los Ángeles y un recuerdo a los devastadores incendios de enero, transcurrió con pocos momentos políticos y se centró principalmente en la celebración del cine. Los emotivos tributos a The Wizard of Oz y a James Bond marcaron algunos de los puntos altos de la velada, junto con un In Memoriam que dedicó un espacio especial al recientemente fallecido Gene Hackman.
En resumen, la edición de los Óscar 2025 fue testigo de victorias sorprendentes y de la consolidación de películas de menor presupuesto que demostraron su valía en el más grande escenario del cine mundial.
Humberto ‘Toto’ Torres